Introducción
Hasta ahora hemos visto cuatro eventos universales en el libro de Génesis, decimos universales porque afectaron, involucraron, a toda la humanidad. Estos son: La creación – La caída – El Diluvio – La torre de Babel.
En uno de estos eventos, en la caída, Dios anticipó una lucha y un resultado: «y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar». Génesis 3: 15.
La simiente de la mujer vencería finalmente con un golpe fatal (triturar) a la simiente de la serpiente, aunque la simiente de la serpiente causaría también cierto daño a la simiente de la mujer, pero no mortal o fatal.
Este pasaje se entiende como el proto evangelio, una mención primitiva de lo que sería la persona del Señor Jesucristo, quien vencería a Satanás y su intento de evitar que él rescate al hombre y establezca su reino.
Desde este anuncio en adelante, Satanás ha procurado establecer su dominio en medio de los hombres. Es interesante para mí ver que esta lucha de simientes, se expresan a través de la misma humanidad: Dios, por su lado, traerá su promesa por medio de los hombres y Satanás, usando a la humanidad, inserta su simiente también por medio de los hombres, a quienes procura convencer de rechazar a Dios, de negar a Dios, y esto desde el principio, como en el caso de Caín, quien, dice la Biblia, era del maligno. (1 Juan 3: 11 – 12)
De ahí que la humanidad se podría dividir entre los que creen y siguen al verdadero Dios y los que lo rechazan.
Dios, siguiendo con su plan, ahora comienza con tratos ya no universales sino personales. Dios tiene que cumplir su promesa de traer a quien vencería a la simiente de la serpiente y lo hace a través de una descendencia escogida.
Dios eligió para este propósito a la descendencia de Sem, el hijo primogénito de Noé, quien viene de la descendencia de Set, el hijo de Adán que vino a reemplazar a Abel y por quien los hombres comenzaron a invocar a Dios (Génesis 4: 26)
Es aquí donde comienza lo que se conoce como el “Período Patriarcal”. La palabra “Patriarca” significa jefe o padre de familia, Abram es escogido por Dios para ser el originador de lo que sería finalmente el pueblo de Dios, Israel.
Los Patriarcas de Israel fueron tres: Abram, Isaac y Jacob. De estos hombres nace la descendencia de los israelitas, siendo el más renombrado Abraham.
Un poco del contexto de este Patriarca.
- Hebreo, descendiente de Sem. Génesis 14: 13.
El término “Hebreo” se dice que puede venir de dos conceptos: uno, por el hecho de vivir en Hebrón (Génesis 13: 18) o por ser de la descendencia de Heber (Génesis 11: 16) recordemos que Heber fue el padre de Peleg, por medio de quien dice la Biblia se anticipó el repartimiento de los hombres por toda la tierra a través de lo acontecido en la torre de Babel).
- Fue llamado por Dios de Ur de los Caldeos.
Hechos 7. 2 – 4. Abraham provenía de tierras y costumbres paganas. Fue de allí que Dios le llamó para tener un trato personal con él.
- Salió con su Padre Taré y se establecieron en Harán.
Génesis 11. 31.
- Abram era casado cuando Dios le llamó y su esposa Sarai era estéril.
Génesis 11. 29 – 30.
Dios comienza la descendencia del pueblo de Israel a través de este Patriarca. Abram fue rescatado por Dios de una tierra que estaba llena de paganismo, pero que también tuvo conocimiento del verdadero Dios (una vez más aparece la lucha de las simientes y vemos como el paganismo, que viene de la mano del mentiroso Satanás, llenó la tierra de Ur).
Abram responde al llamado de Dios con pasos de fe. Abram sentía un profundo temor y respeto por Jehová, realmente creía en él y sabía que él era el Dios verdadero. Su fe era real aunque no perfecta (madura).
Vs 1.
El llamado de Dios para Abraham.
- Dios insiste con el llamado que había hecho a Abram en Ur.
- Dios le recuerda que su camino debe continuar, que si bien es cierto había avanzado en la dirección correcta, aún no estaba donde Dios lo quería.
- Abraham estaba aprendiendo, en su caminar de fe, que Dios no puede bendecir al hombre sino hasta que esté en el lugar que Dios lo quiere.
- También aprendió de Dios que, en su forma de pensar, era un paso a la vez, que Dios te da la información suficiente para que des el siguiente paso, pero que no te muestra todo el plan a la vez, aprendió en esto, que Dios busca que el hombre desarrolle su fe, que ande por fe y no por vista.
- “A la tierra que te mostraré”.
- Hebreos 11. 8. Abraham no sabía adonde iba solo sabía que Dios allí lo quería, Abram simplemente debía ir en pos de Dios.
- Las condiciones de este llamado.
- Vete de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre.
- ¿Cuál era la condición? Este es un llamado directo, personal. Este llamado no era para nadie más que para Abram y su esposa quien, por extensión, también experimentaría del llamado de Dios. (una sola carne)
- Abram tendrían que dejar su tierra (Ur y Harán posteriormente), tendría que dejar parientes (familiares) tendría que dejar la casa de su padre (familia directa, padres hermanos).
Aplicación.
Los llamados de Dios son fuertes. Si el hombre es llamado por Dios, no espere que todos a su alrededor comprendan o acepten el costo que tú estás dispuesto a pagar por seguir el llamado de Dios.
Pienso que todo llamado de Dios incluye el despojarse, el abandonar, el despedirse de algo o de alguien.
Recuerde que, en el llamado de Dios, las cosas no son a nuestra manera sino a la manera de Dios.
Vs 2 – 3.
La Promesa de Dios para Abraham.
Dios tenía un plan tremendo para la vida de Abraham. A este se le conoce como el pacto Abrahámico. Veamos de qué se trata este pacto.
- Haré de ti una nación grande.
- Él se multiplicaría de forma increíble, como el polvo de la tierra, al punto de ser la simiente de una gran nación (Génesis 13: 16)
- Solo hubo un detalle, su mujer era estéril, esto será parte de las pruebas que deberan enfrentar.
- Te bendeciré y engrandeceré tu nombre.
- El nombre de Abram sería clave dentro del plan de Dios.
- Su bendición incluía que su nombre fuese engrandecido.
- Serás de bendición.
- Su vida resultaría en una bendición hacia otros. Verían a Dios a través de él, aprenderían de Dios a través de él.
- Bendeciré a los que te bendijeren y maldeciré a los que te maldijeren.
- La protección de Dios estaría en Abram y en su descendencia, privilegiando la vida de ellos por sobre aquellos que los maldijeren, que buscaren su mal.
- Serán benditas en ti, todas las familias de la tierra.
- Esto tiene que ver con la fe; a través de la simiente de Abraham llegaría el Mesías al mundo y todo aquel que en él creyere sería bendecido por Dios con su salvación eterna.
- No importa de que lugar del mundo fuese esa persona, tampoco si era judía o no, Dios establecería una relación con él, tan real, como la estableció con Abram y esto por medio de uno de sus descendientes, el mismo Señor Jesucristo. Gálatas 3. 6 – 14.
Vs 4 – 6.
La respuesta de Abraham a las palabras de Dios.
- Abram respondió en fe: ¿Dónde vemos la fe de Abraham? En una frase muy simple «Y se fue Abraham»; esta es la mejor definición de fe que encuentro en las Escrituras, acción, obediencia, frente a la orden de Dios. Hebreos 11. 8 – 10.
- El judío anhela quedarse en la tierra, pero Abraham deseaba estar en la ciudad celestial.
- Por eso en lugar de hacerse una casa grande, vivió en tiendas, para nunca olvidar que esta vida es pasajera, que somos extranjeros en ella, que tenemos una ciudadanía celestial, en la cuál Dios es el arquitecto y constructor.
- Abraham emprende el viaje de fe, pero lleva peso demás, a Lot. Abraham estaba en el proceso de aprender lo que es obediencia completa y no parcial a las indicaciones de Dios; creerle de forma perfecta. Tenía que salir de su tierra y de su parentela; pero él decidió que, bajo las circunstancias, su sobrino debía estar con él.
- ¿Era una buena decisión compartir la bendición que Dios tenía para él con su sobrino? Más adelante se responderá esta pregunta.
- ¿Era lo que Dios quería que Abram hiciera?
- ¿Qué frutos le trajo a Abram la decisión de traer con él a su sobrino?
- En este llamado no faltarían los desafíos. En la tierra prometida habitaban los descendientes de Cam, el hijo maldecido de Noé. Abram era descendiente de Sem y ya sabemos la historia de la descendencia de Cam, que fueron unos paganos e inmorales y que nada bueno podrían esperar de este grupo masificado en estas tierras. Hubo un mal ambiente, pero era Dios quien lo estaba llevando allí, debía, por lo tanto, Abram, confiar que Dios guardaría su camino. De aquí podemos sacar una lección: Si vas a dar un paso de fe, asegúrate que es Dios quien te ha llamado y quien te ha guiado.
Vs. 7 – 9.
La relación entre Dios y Abraham.
- Dios le confirma su voluntad. Esta es la tierra, este es el lugar que escogí para ti, la tierra prometida. Dios confirma su Palabra. Abram puede estar seguro.
- La respuesta de Abram a Dios. 7 – 9.
- Abram responde con adoración.
- Levanta un altar como muestra de gratitud por guiar su vida.
- Esta fue una práctica en la vida de Abram, invocar a Dios en donde él estuviese.
- Abram responde con adoración.
Desde aquí en adelante Abram comienza a vivir a Dios como compañero de sus jornadas en la vida.
Vs. 10 – 20.
La primera prueba de fe para Abraham.
- Todo avance en la fe debe ser puesto a prueba para saber cuál es el real avance; no hay fe verdadera que no sea expuesta a pruebas; es ahí donde Dios saca lo que está más al fondo de nosotros y en fin se puede ver de qué estamos hechos.
- Como una bolsita de té, que solo sabes qué sabor tiene y de color es cuando cae sobre ella el agua caliente, así también, cuando la fe es expuesta a pruebas, sabemos que tipo de creyente somos.
- La prueba. Vs 10 “Era grande el hambre en la tierra”.
- Dios había prometido bendición no hambre. Sin embargo Dios permite el hambre en la tierra prometida. ¿por qué? Creo yo para ver de qué estamos hechos.
- Siempre los silencios de Dios han sido una prueba dura para los creyentes; cuando las cosas andan mal y no cambian pese a nuestros ruegos, esto es una prueba dura y que nos cuesta salir victoriosos. Es uno de los tratos de Dios que más nos cuesta, que Dios guarde silencio.
- La reacción de Abram en la prueba.
- Se fue de la tierra y descendió a Egipto. 10.
- Dudó de la protección de Dios. 11 – 13.
- Expuso a su esposa. 14 – 16.
- Causó la maldición de Dios sobre Faraón y su familia. 17 – 19.
- Dios lo protegió y lo bendijo. 20.
- ¿Porqué? Su promesa es incondicional, fue dada por Dios no a medias con Abram, por lo tanto Dios guardó la vida de Abram y su esposa y le proveyó muchas riquezas no por su fe sino por la fidelidad de Dios a sus promesas.
- Hebreos 13. 5 – 6.
- Dios dice que a sus hijos no los desamparará ni los dejará, no dice que ese hijo no lo hará, dice que Dios no lo hará.
- 2 Corintios 9. 6 – 11.
- Quien siembra abundante recibirá de Dios la abundancia de su fruto de justicia, no solo en términos espirituales sino materiales para que pueda seguir compartiendo con el que padece necesidad.
- 2 Timoteo. 2. 11 – 13.
- A pesar de ser incrédulos, otra forma de decir infieles, él permanece fiel a sus promesas, simplemente porque él no se puede negar a si mismo.
Conclusión.
No olvidemos que este es el inicio del caminar de Abraham con Dios, no el final, Dios está tratando y trabajando con Abram para llegar a ser conocido como “El Padre de la fe”.