Introducción
El plan de Dios, hecho a la forma de Dios, no carecerá de recursos. George Müller usaba esta frase para destacar que cuando las cosas se hacen a la forma de Dios, podemos estar seguros que será él mismo que proveerá todo lo que sea necesario para que sus planes se cumplan.
En el pasaje anterior vimos a Abram y Sarai queriendo vivir el plan de Dios, pero a la manera de los hombres, se proveyeron a sí mismos, se provocaron una pseudo respuesta Divina. Esta nunca fue la respuesta de Dios, tampoco fue la voluntad de Dios, solo fue el impulso humano de que las cosas se movieran más rápido de lo que Dios las estaba moviendo.
Ahora, creo yo, como un contraste de realidades, aparece Dios, una vez más, con su plan; plan que traía finalmente los mismos elementos que lo que Abram y Sarai se habían provisto, pero lo que ellos ignoraban es que, en el plan de Dios existe un cuándo, un cómo y un con quien muy distinto de lo que ellos pensaban.
El cuándo de Dios. Vs 1 – 8.
Vs 1.
«Era Abram de edad de 99 años». Comparándolo con Génesis 16: 16, podemos saber que pasaron trece años más antes de que Dios le volviera hablar de su plan.
Amados, Dios ha pensado en el tiempo, porque él no ignora nada, por eso, cuando estamos sosteniendo una oración, no hagamos cambios, no nos movamos de nuestro lugar, porque aunque sabemos que Dios responde, no sabemos cuánto tiempo se tomará.
Aprendemos algo en esta historia al ver el tiempo que Dios se toma; un par de lecciones: primero que no es cuando yo quiera sino cuando Él quiera. Y lo segundo, que mi imprudencia, mis desesperos, no apuran los planes que Dios tiene para mí.
«Yo soy el Dios Todopoderoso». El Shaddai. Este es uno de los nombres compuestos de Dios, que enfatiza poder infinito, capacidad de proveer y su naturaleza de refugio; es el Dios que controla la naturaleza de modo que hace su voluntad haciendo que se doblegue y sirva su propósito de gracia y salvación.
Dios revela uno de sus atributos, su Omnipotencia ¿Por qué fue importante para Dios revelar este atributo en este momento?
Dos verdades: Primero. El atributo sirve como garantía de todo lo que Dios va a presentar en esta hora a Abram. Si algo te suena imposible, debes considerar quien es el que lo promete, el Dios que tiene dominio absoluto sobre toda naturaleza. Segundo. Como un recordatorio a la fidelidad que Abram debía confesar a Dios, sabiendo que, no importando el tiempo o las circunstancias, si Dios dijo algo; él tiene todo poder para cumplirlo.
(Abram trece años atrás ignoró este atributo de Dios, por lo tanto, faltando al principio matrimonial, aceptó en su vida a otra mujer cuando debió mantenerse firme en que Dios hará, a pesar de su edad y la condición de su esposa). Pero ahora Dios quiere que Abram afirme su convicción de vivir una vida agradable a los ojos de Dios.
«Anda delante de mí y sé perfecto». Dios llama a Abram, y de forma muy directa, le muestra cuál debe ser el estándar de aquellos que se acercan a Él.
«Anda delante de mí». Se refiere a un andar consciente de la presencia del Señor y deseoso de su aprobación. No es un andar “detrás del Señor” como si se quisiere evitar su observación por estar consciente de pecados conocidos y de fracasos personales, como si no se deseara su consejo y aprobación (Génesis, Carballosa, pág. 286)
«y sé perfecto». No habla de completa perfección moral. El vocablo hebreo implica el sentido de “completo”, “maduro”, “correcto”, “saludable”, que no le falte ninguna característica necesaria para una vida piadosa o intachable. (Génesis, Carballosa, pág. 286)
A Dios le agradan los hijos que andan delante de él, que no se andan escondiendo de su presencia por querer hacer cosas que saben que Dios no las aprueba; a Dios le agradan los hijos que cuidan su testimonio, que por amor al Señor quieren tener vidas intachables.
Vs. 2.
Si Abram de verdad quería vivir en Dios, con Dios, y para Dios, Dios tenía planes extraordinarios para con él.
Vs 3.
Abram toma posición de súbdito, se pone atento a las indicaciones de Dios, demostrando toda su disposición. Como todo creyente verdadero, las palabras de Dios resonaron en Abram llevándole a la inmediata rendición.
Vs 4.
Una vez más Dios le recuerda su deseo de que Abram sea padre de muchedumbre.
Esto fue algo que Dios ha dicho en varias ocasiones. Eje. Gn. 15: 4 – 5.
Es valioso pensar aquí, que, a pesar de los errores cometidos por Abram y Sarai en el pasado, Dios, incondicionalmente, sigue pensando en esta pareja para llevar adelante su voluntad.
Vs 5.
Dios le da otra muestra de lo cierto que son sus promesas. Lo hace ahora cambiándole el nombre a Abram a Abraham.
Abram significa: Padre exaltado.
Abraham significa: Padre de multitudes.
El texto mismo dice: «te he puesto como padre de muchedumbre de gentes».
Vs 6 – 8.
Dios le recuerda que su promesa de darle descendencia y de darle esta tierra (la tierra de Canaán) es una promesa perpetua. El uso del vocablo «perpetuo» es ciertamente interesante. El término “perpetuo” (Olám) en algunas ocasiones se traduce “eternidad”, pero otras veces parece referirse a “todo el tiempo a través del cual ciertas condiciones persisten”. Hay una cosa que se destaca aquí: el cumplimiento del pacto es seguro. Asimismo, el pacto es incondicional, por lo tanto, si la tierra de Canaán es una “posesión perpetua” (17:8), entonces está bien claro que ninguna acción que Abraham o sus descendientes emprendan podrá separarlos permanentemente de la tierra. Dios cumplirá su promesa sin ninguna clase de duda (Génesis, Carballosa, pág. 289).
TS: Dios, en toda esta conversación con Abraham, no dejará caer el cuándo, será un elemento mantendrá en esta conversación, haciendo énfasis a sus tiempos; pero ahora agrega al cuándo, el cómo.
Dentro de su promesa Dios exige una señal que a la vez demuestre una respuesta de fe. Dios se ha comprometido a perpetuidad con Abraham y su descendencia, a cambio Dios pide que Abraham y su descendencia hagan un acto que simbolice que ellos entran por la fe a este pacto con Dios.
Este acto representa que tanto ellos como su descendencia guardarán por la fe una relación personal con Dios. Este acto era la circuncisión.
Vs 9 – 14.
Este es el Cómo de Dios.
Vs 9.
«En cuanto a ti». Interesante observar que todos los versículos anteriores hablaron acerca de lo que Dios se comprometía (vs 4, literal; en cuanto a mí) Ahora la expresión que se usa es “En cuanto a ti”, lo que traspasa a Abram la responsabilidad de velar porque esta parte se cumpla, tanto en él como en los suyos.
Vs 10 – 14.
Aquí está delineado el cómo Abram debía observar la circuncisión.
- En los recién nacidos, debía ser a los ocho días de nacidos.
- Debía ser hecho a todos los varones sin excepción.
- Y el varón que no lo hiciera debía ser cortado del pueblo.
“Que un varón rehusara someterse a la circuncisión era considerado como evidencia de un rechazo a seguir la Palabra de Dios. su rebelión, como producto de la incredulidad, resultaba en el hecho de ser cortado de la comunidad de Israel” (Génesis, Carballosa, pág. 293)
¿Qué simbolizaba este acto delante de Dios?
La circuncisión era un acto de fe en Jehová Dios, pues la circuncisión por sí sola no produce justicia. La justicia solo proviene de Dios sobre todo aquel que cree como creyó Abraham. también es interesante que la circuncisión era cuando ellos eran pequeños, por lo tanto, la fe en Jehová no vendría inmediatamente por la circuncisión, pero la circuncisión les mostraría al crecer que Dios los ha considerado para ser parte del pacto con él, y ahí el individuo podría poner su fe en Dios.
También está claro que el pacto estaba abierto a los gentiles (Gn. 17: 12 – 13), aunque ellos tenían que hacerse parte de la comunidad de Israel (Éx. 12: 44 – 45).
¿Cómo ve Dios este acto?
Romanos 4: 7 – 12.
La circuncisión no justifica, sino la fe en Cristo. La circuncisión fue dada como una señal, como sello de la justicia que tuvo estando incircunciso.
¿Es necesaria la circuncisión?
Romanos 2: 28 – 29. Los judíos, que son los que lo practican deberían tener considerado que el acto en sí mismo no significa nada si sus corazones no se rinden por fe al Señor. A Dios el acto externo no le sirve de nada si en sus corazones ellos no se rinden a Dios.
El punto es que la circuncisión externa no es la que agrada a Dios, sino la que es del corazón, en espíritu no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. Romanos 2: 29.
- TS. Ya hemos visto en este estudio el cuándo de Dios, y esto nos enseña que muchas veces sus tiempos no son nuestros tiempos; también vimos el cómo de Dios, que si bien es cierto la mayoría del trabajo depende de él, de hecho con Abraham, el pacto fue incondicional acerca de su descendencia; sin embargo, él pidió una respuesta de fe, una señal que demostrara que ellos querían este pacto, que querían esta relación con Dios y les estableció la señal de la circuncisión. ¿Por qué la circuncisión? Se comenta mucho y nadie es categórico al determinarlo, pero se piensa que, como tiene que ver con la procreación, con formar descendencia, que esta señal se hizo para demostrar que esta descendencia creía en el Dios de Abraham.
Dios, cuando hablamos del cómo, espera que tomemos una participación en esta relación, que no sea un monólogo, que no sea unidireccional, sino que ambas partes se comprometan y así se formen relaciones profundas. Dios, amados, siempre ha sido relacional, el hecho de ser el Todopoderoso, nunca lo ha limitado a desear que sus criaturas se relacionen con él. Dios ama la relación con los suyos, es parte de su naturaleza ser un Dios que ama la comunión con los suyos.
Hoy veremos la tercera parte de estudio: ya vimos el cuándo (el tiempo en esta relación) el cómo (su deseo en esta relación) y ahora veremos el con quien (las personas con las cuáles Dios quieren establecer este pacto, este trato)
El con quien de Dios. Vs 15 – 22.
Dentro del plan de Dios no solo estaba el cuándo (el tiempo) el cómo (la forma en que él quería que este pacto se expresara) también incluyó el con quien, lo cual habla de las personas con las cuáles Dios pensaba llevar adelante este pacto.
Vs 15 – 16.
Entra en escena Sarai.
«Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre».
Después de tanto esperar, finalmente Dios sí tenía planes para Sarai. Siempre fue así, solo que Sarai no supo esperar el tiempo de Dios.
Nótese que Dios también cambió el nombre de ella. Se comenta que Sarai significa “Mi princesa” pero que Dios le puso Sara: “Princesa”. El comentario es que ahora ella no solo sería la princesa de Abraham sino princesa en el sentido de posición; que ella «vendrá a ser madre de naciones; y que reyes de pueblos vendrán de ella».
«Te daré de ella hijo; sí, la bendeciré y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella».
Dios fue preciso en la promesa: te daré de ella hijo. Será uno y será varón.
Y que de esa semilla, comenzaría toda una dinastía.
Parece que a mayor espera, mayor es la recompensa.
Vs 17 – 19.
Las reacciones de Abraham.
En la mente de Abram todo esto es nuevo e impensado; para él, mirándolo humanamente, solo existía una opción, Ismael. Pero, en el plan de Dios, esta pieza no es la que él tenía pensada.
Abraham Se rió mirando su condición y la de su esposa. «¿un hombre de cien años ha de tener un hijo? ¿Y Sara, ya de 90 años ha de concebir?»
Lo que nos deja ver el pasaje es que para la época esto ya era impensado; ya las posibilidades de ser padres para esta pareja de ancianos eran imposibles.
Abraham, al considerar su realidad, se le hacía tenue la voz del Dios Todopoderoso.
Como pasa con muchos de nosotros, que al mirar nuestras capacidades, nuestra realidad, se nos hace lejana la voz de Dios, creemos que Dios lo puede hacer, pero con otros, no con nosotros.
Vs 18.
Abraham Se enfocó en lo que tuvo delante de sus ojos: «Ojalá Ismael viva delante de ti». Las expectativas de Abram estaban puestas sobre Ismael. Él esperaba que Ismael decidiera vivir para Dios y así Dios podría perpetuar su pacto en Ismael.
Vs 19.
Sin embargo, Dios responde al pensamiento de Abraham. Dios hace aparece en escena otro personaje que aún ni siquiera nacía Isaac.
Dios manifiesta claramente que su pacto sería con un hijo de Abraham con Sara y que aquel hijo se llamará Isaac, que significa “risa”, aludiendo a la primera reacción que tuvo Abraham cuando escucho la noticia (y seguramente sabiendo que al oírlo Sara también se reiría y probablemente todos los que escucharan esta historia)
Amados: ¿Qué podemos aprender del actuar de Abraham y el de Dios en estos pasajes?
Que no se trata de lo que yo veo sino de lo que Dios ve. A Samuel, Dios le dijo: «No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón». 1 Samuel 16: 7.
En la manera de pensar de Dios, el menos probable puede ser la pieza clave. En este caso, la pieza ni siquiera existía, aún no había siquiera sido gestado, sin embargo Dios ya tenía planes para él. Me recuerda lo que Dios le dijo a Jeremías.
Jeremías 1: 4 – 5: «Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones»
Que no se trata de mis recursos sino de los recursos que tiene Dios. Si él es Todopoderoso, de mí no necesita nada en realidad para hacer su poderosa obra. Participamos o Dios nos deja participar para que aprendamos de Él, pero no hay nada que yo le pueda ofrecer que haga o marque la diferencia.
Para mí, es como cuando les vamos a regalar algo a nuestros hijos y ellos, por querer participar nos pasan su dinero; aunque uno se los recibe, a veces, eso no mueve la aguja para poder hacer la compra, pero se lo aceptamos para que vayan aprendiendo el costo de la vida, que las cosas tienen un valor, etc.
Creo que Dios hace lo mismo, a veces nos acepta lo que le podamos ofrecer, por cuestiones formativas, pero eso no hace la diferencia, ya que de todo, lo nuestro siempre será lo ínfimo. En este caso, Dios no aceptó la propuesta de Abraham para desarrollar su plan.
Vs 20 – 21.
Vs 20.
Dios también le responde acerca de su preocupación por Ismael y le da palabras buenas para con él y su descendencia.
Le bendeciré…
Le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera… (esto es un superlativo, expresión gramatical usada para elevar a un grado muy alto, en este caso, la cantidad).
Doce príncipes engendrará…
Haré de él una gran nación…
Una cuádruple bendición.
Vs 21.
Aun con todo lo que Dios habría de bendecir a Ismael, Dios confirma que no será con él que hará su pacto, sino con Isaac y su descendencia.
Este es el hijo de la promesa. Ismael fue el hijo de la voluntad de la carne, de la voluntad humana; pero Isaac siempre fue el hijo que Dios tuvo en su mente como parte de la descendencia de Abraham.
Esto hace recordar la experiencia entre Esaú y Jacob. Romanos 9: 10 – 13: «Y no solo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aun nacido, ni habían hecho ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras, sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí» (amó menos).
Como bien expresa el Doctor Carballosa: “Dios amó a Ismael y a Isaac, pero, en su gracia soberana, escogió a Isaac para cumplir su propósito”.
«El año que viene». Aún faltaba un poco de tiempo. ¿Por qué Dios toma tanto tiempo para este nacimiento? Amados, el cuándo el cómo y el con quien todas son obras soberanas de Dios.
Piénselo: Dios decide cuándo ha de actuar, Dios establece como se ha de trabajar y Dios decide con quien ha de trabajar.
La respuesta entonces es: porque Él es Dios.
¿Por qué Dios lo hace en el tiempo de debilidad y no de fortaleza de esta pareja? ¿Por qué Dios usa a personas débiles?
Podemos responder a estas preguntas con otras preguntas de la Biblia: ¿Por qué Dios usa lo insensato del mundo para avergonzar a lo sabio?; ¿Por qué cuando soy débil entonces soy fuerte?
Amados, simple, Porque de esta forma Dios recibe mayor gloria y eso lo vale todo. Si nuestras debilidades permiten ver lo fuerte que es Dios, eso trae mayor gloria a su nombre. Por lo tanto, ser débil no es necesariamente malo, incluso, puede ser la mejor forma de llevar la gloria a Dios.
Vs 22. «Y acabo de hablar con él, subió Dios de estar con Abraham».
¿Creyó Abraham a las palabras de Dios?
Lo último en este relato que escuchamos de Abram es que se rió y que pidió que Ismael viva delante de Dios. ¿Habrá creído en esto que dijo Dios de Sara y de Isaac?
La respuesta salta a la vista en el resto del capítulo.
Vs 23 – 27.
¿Qué es la fe, sino obedecer a Dios en todo lo que él nos pida?
Amados la fe sin obras es muerta y la fe que Abraham demuestra aquí está más que viva.
Aunque Abraham no ha visto todo, y probablemente no entiende todo, eso no lo detiene para obedecer lo que sí entendió.
Abraham aplica inmediatamente manos a la obra y cumple con la parte que Dios pide de él.
Ahora solo queda esperar en Dios que se cumplan los tiempos, pero una cosa es cierta; ahora la promesa se siente más cerca que nunca.
Conclusión.
Dios nos muestra su soberanía en este pasaje: Dios lo hace cuando quiere, como quiere y con quien quiere. Este proyecto es a la manera de Dios. Abraham quiso junto a Sarai hacer las cosas a su manera pero la gracia soberana de Dios se impuso.
Más allá de nuestros errores, está Dios llevando nuestras vidas más allá de lo que nosotros podríamos siquiera imaginar.
Si Dios tiene un plan, eso es lo único que estamos seguros que se cumplirá, porque Dios es el único que puede dar garantías de esto.