Advertencia contra los faltos profetas | Mateo 7:15-20 | Pr. David Hernández

Introducción

LA ADVERTENCIA DE JESÚS

Como hemos visto el domingo pasado, el Sermón del Monte termina con una serie de advertencias de parte del Señor. Cristo no termina Su enseñanza con palabras suaves, sino con un llamado urgente al discernimiento. Luego de hablar claramente y mostrar la puerta estrecha y del camino angosto que lleva a la vida (Mateo 7:13-14), el Señor introduce una alerta necesaria y muy importante: hay falsos profetas que se interponen en ese camino para desviar a aquellos que deciden pasar por la puerta estrecha.

El día de hoy tenemos el peligro constante de falsos profetas ya que normalmente usas algunos elementos de verdad sonando convincentes y atrayentes, por ello El Señor Jesús dice: “Guardaos de los falsos profetas.” No está hablando de algo opcional, sino de un mandato directo. La palabra “guardaos” implica vigilancia constante, atención cuidadosa. Jesús advierte que no todos los que usan el nombre de Dios hablan en nombre de Dios.

Desde el Antiguo Testamento, Dios advirtió sobre este peligro. Jeremías denunció a quienes decían “Paz, paz, y no hay paz” (Jeremías 6:14). Ezequiel habló de hombres que edificaban muros débiles y los cubrían con lodo suelto, era una fachada falsa, insegura, defectuosa (Ezequiel 13:10). Pedro también advirtió que “hubo falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros” (2 Pedro 2:1).

La historia de la iglesia confirma que los falsos maestros han estado presentes en cada generación con sus engaños. Por eso, el llamado de Jesús sigue siendo urgente: “Guardaos.”

  1. EL PELIGRO DEL ENGAÑO

“Guardaos de los falsos profetas…” (Mateo 7:15)

  1. La advertencia divina: “Guardaos”
  1. “Guardaos” Este es un mandato que implica vigilancia espiritual. Jesús está diciendo: “Presten atención; no se confíen.”. Tiene la idea de “volver la mente hacia algo y mantenerse en guardia contra ello” [1].
    • Este Guardarnos está dirigido a un sujeto que en el original sería literalmente “pseudoprofetas” y lo tenemos traducido como “falsos profetas”
    • Pablo usó el mismo lenguaje cuando dijo: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas” (Colosenses 2:8).
    • Hermanos, la fe genuina no es ingenua; es una fe que discierne, que sabe distinguir una cosa de la otra.
  2. Por lo tanto, el creyente tiene la responsabilidad personal de proteger su alma. Nadie puede discernir por nosotros. Por eso, Juan exhorta: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios” (1 Juan 4:1).
  1. La apariencia del engaño: “vestidos de ovejas”
  1. Los falsos profetas se presentan con una apariencia piadosa. Parecen humildes, hablan de amor y misericordia, dicen algunas verdades en medio de multitudes de mentiras, omiten la justicia, el arrepentimiento y la cruz.
    Recuerde que Satanás mismo “se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14).
  2. “La mentira más peligrosa es la que contiene una parte de verdad.” La serpiente (que Juan la reconoce como Satanás en Ap. 12:9) en el Edén no negó lo que Dios dijo, simplemente lo distorsionó (Génesis 3:1-5). ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
    Así obran los falsos profetas: torciendo la verdad con sutileza.
  1. La intención del engaño: “lobos rapaces”
  1. Jesús no usa esa imagen al azar. De hecho asegura que por dentro “Son” Los lobos, estos devoran el rebaño; los falsos maestros destruyen las almas.
    • Pedro dice que “por avaricia harán mercadería de vosotros” (2 Pedro 2:3).
      No buscan el bien del pueblo de Dios, sino su propio beneficio.
  2. Estos falsos profetas son astutos, persuasivos, carismáticos, saben llegar al corazón de las personas.
    • El apóstol Pablo advirtió que “con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los simples” (Romanos 16:18).
      La meta que estos tienen es el control, el poder, ganancia, no el servicio.

El Señor en el A.T. advirtió en Jeremías 23:16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.”

  1. EL PERFIL DE LOS FALSOS PROFETAS

“…que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.” (Mateo 7:15)

  1. Sus métodos: infiltración y manipulación
  1. Estos falsos maestros son difíciles de distinguir a simple vista. En los tiempo de Jesús se vestían ropas sencillas, nada de opulencia, humildemente y proclamaban un mensaje de parte de Dios.
  2. Los falsos maestros no atacan desde fuera; se infiltran y surgen en medio del rebaño.
    • Pablo advirtió a los ancianos de Éfeso en Hechos 20:30: “De entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”.
  3. Se ganan la confianza con simpatía. No entran por la puerta de la verdad, sino por la puerta de la emoción y el carisma.
  4. Usan el lenguaje cristiano, pero redefinen los términos, los modifican a su conveniencia para lograr sus objetivos perversos. Hablan de “fe”, pero fe en sí mismos. Hablan de “gracia”, pero sin arrepentimiento. Hablan de “Cristo”, pero no del Cristo de las Escrituras, hablan de entrar por la puerta estrecha con sus reglas trastocadas, donde se puede caminar por el camino ancho, centran todo en ellos mismos usando un camuflaje diciendo que es para Dios.
  1. Su mensaje: atractivo, pero adulterado
  1. Los falsos profetas predican lo que es agradable al oído, eso significa que predican lo que la gente le gusta oir y no provoque incomodidad, sino “palmaditas en la espalda”.
    • Pablo lo advirtió en “ Timoteo 4:3-4: “Vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina… y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.
  2. Ofrecen mentiras como verdad, perdón paz sin arrepentimiento, prosperidad sin obediencia, cielo sin cruz.
  • Como los falsos profetas en Israel, ellos dicen: “No vendrá mal sobre vosotros” (Jeremías 23:17).
  1. En su mensaje hablan de Dios, pero no en nombre de Dios. Prometen salvación sin santificación, y eso es herejía mortal.

Todo esto porque tienen una motivación centrada en el pecado

  1. Su motivación: egoísmo y codicia
  1. Judas, el medio hermano de Jesús, los describe como “nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos” (Judas 12).
    Su motivación no es el amor a la verdad, sino el amor a sí mismos.
  2. Siguen la senda de Balaam, que “amó el premio de la maldad” (2 Pedro 2:15).
    Y como Diótrefes, “ama tener el primer lugar” (3 Juan 9).
  3. El fin de ellos está sellado: “Su condenación no se tarda y su perdición no se duerme” (2 Pedro 2:3).

En resumen, el perfil del falso maestro es que se infiltra y manipula con un lenguaje atractivo , un lenguaje cristiano pero adulterado, con un fin egoísta, codicioso que destruye y el fin es perdición.

III. LA PRUEBA DEL FRUTO

“Por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:16)

Tal como hemos visto, reconocer a los falsos profetas, falsos maestros no es fácil, esto porque predican un evangelio que es incompleto, esto significa que dicen medias verdades por eso son difíciles de detectar.

Es allí donde el Señor nos enseña a como discernir, como distinguir si son verdaderos o no lo son.

Alguno quizás diga , pero en Mateo 7:1 dice “no juzguéis para que no seas juzgados”, aquí lo que enseña es que no debemos juzgar en forma hipócrita, injusto, sin evidencias. En ningún momento elimina nuestro discernimiento dirigido con la vara de medir de la Palabra. Por eso mismo nos dice que “por sus frutos los conoceréis” esto implica una observación , evaluación y un juicio al respecto.

  1. ¿Cuál es el principio del discernimiento?
  1. Cristo establece una regla de oro que es la siguiente: el carácter de un hombre se revela por su fruto.
    “No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos” (Mateo 7:18).
  2. El juicio no debe ser apresurado, ni a la ligera,  sino constante. Así como el fruto necesita madurar, la evidencia del carácter requiere tiempo para mostrarse.
  3. La verdadera fé siempre produce fruto visible. “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23).
  1. La naturaleza del fruto
  1. Fruto doctrinal: enseñanza debe ser conforme, estar de acuerdo con la Escritura.
    • Los de Berea “escudriñaban cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).
  2. Fruto moral: su vida debe reflejar las bienaventuranzas que Cristo enseñó al inicio de su sermón..
    • “Bienaventurados los pobres en espíritu… los mansos… los de limpio corazón” (Mateo 5:3-8).
  3. Fruto espiritual: los discípulos que producirán serán semejantes a Cristo, no seguidores semejantes a ellos mismos.
    • “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19).
  1. La falsificación del fruto
  1. Ambos árboles producen fruto, pero de diferente calidad. El fruto del falso profeta es aparente, no genuino, y prontamente se pudre porque viene agusanado en su interior.
    “Tienen apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella” (2 Timoteo 3:5).
  2. No debemos juzgar por la cantidad, sino por la calidad.
    • Muchos siguen el camino ancho, pero ese camino lleva a la perdición (Mateo 7:13).
    • Algunos piensan que por dar muchos frutos estos son bueno, no siempre es así, por ello es importante esperar y mirar a la luz de la Palabra.
  3. El fruto verdadero permanece. “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y que vuestro fruto permanezca” (Juan 15:8).
    • Así es, estamos llamados por el Señor a llevar mucho fruto, y cuando este es llevado por medio de la obra del Espíritu Santo y su Palabra este fruto permanece.
  1. EL JUICIO DEL FUEGO

“Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” (Mateo 7:19)

  1. El juicio inminente
  1. El fuego representa el juicio eterno. Juan el Bautista dijo: “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego” (Mateo 3:10).
  2. Vendrá el día del juicio y revelará todo. “La obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la declarará” (1 Corintios 3:13).
  3. Aquellos que usaron el nombre de Cristo para su propio beneficio oirán: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23).
  1. El contraste con el justo
  1. El Salmo 1 lo expresa claramente: el justo “será como árbol plantado junto a corrientes de aguas”, pero el impío “como el tamo que arrebata el viento” (Salmos 1:3-4).
  2. El justo da fruto porque está arraigado en la Palabra; el falso se seca porque su raíz está en la vanagloria.
  3. En el día final, “el hacha está puesta a la raíz de los árboles” (Mateo 3:10). No hay simulacro, no hay máscara ni disfraz de oveja que resista el fuego del juicio divino.
  1. LA PRÁCTICA DEL DISCERNIMIENTO
  2. Un llamado personal a examinar
  1. Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis.” La responsabilidad de discernir no recae solo en los pastores, por supuesto que nosotros velamos por el rebaño del Señor, pero también la responsabilidad es de todos los creyentes.
  2. Cada creyente, cada verdadero discípulo de Dios debe estudiar la Palabra 2 Timoteo 2:15: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado” .
  3. Pero no se trata solamente de estudiar y ser un crítico bíblico, sino que debemos  depender del Espíritu Santo: “Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13).
    • La Palabra y la guía del Espíritu Santo van de la mano, ninguno anda sin el otro.
  1. Un llamado a la pureza doctrinal
  1. La Biblia nos enseña que la iglesia es “columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:15). Es por ello que desde este púlpito y en cualquier instancia de enseñanza en esta iglesia, el verdadero mensaje de la Palabra es el que va a prevalecer, y serán nuestras vidas las que se ajusten a él, en ningún caso será la Biblia la que se acomodará a nuestro querer.
    Si la iglesia pierde su pureza doctrinal, pierde su poder espiritual.
  2. Recordemos que los creyentes perseveraban “en la doctrina de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42).
  3. La madurez espiritual nos libra de ser “niños fluctuantes, llevados por todo viento de doctrina” (Efesios 4:14).
    • La falta de doctrina hace bobo al mas sabio, hay personas que son sumamente inteligentes, pero al escuchar falsos maestros, falsas enseñanzas, alejarse de la verdad bíblica, se transforman en personas manipulables, “niños fluctuantes”
  1. Un llamado al crecimiento espiritual
  1. Cuando aceptamos a Cristo el Espíritu Santo vino a hacer morada en nosotros, y es quien nos guía a la verdad con un propósito: santificarnos.
    “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).
  2. Hermanos, donde se tolera el pecado, el entendimiento se oscurece. Pablo advirtió de algunos que “naufragaron en cuanto a la fe” por desechar la buena conciencia (1 Timoteo 1:19).
  3. Hay dos compañeros que son inseparables: La santidad y el discernimiento. El pecado embrutece, pero la obediencia ilumina.
  1. LA PERSPECTIVA DEL DISCÍPULO
  2. Examina tu fruto
  1. La misma norma, regla, vara, que juzga a los falsos profetas nos juzga a nosotros hoy. “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20).
  2. No es suficiente decir que tenemos fe; debe haber una evidencia clara de regeneración. “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17).
  3. Entendemos que el creyente verdadero no es perfecto, pero su vida muestra un patrón de crecimiento espiritual, un cambio de vida, un reflejo de que cada día está luchando contra el viejo hombre en dependencia de Dios.
    • Tal como lo expresó Martín Lutero en referencia al libro de Santiago “Solo la fe salva, pero la fe que salva no está sola”.
    • ¿Qué evidencias hay en su vida que muestran que es un creyente verdadero?
  1. Permanece en la vid verdadera
  1. Jesús dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador” (Juan 15:1).
    La clave del fruto es permanecer en Cristo. Permanecer es una evidencia de un verdadero salvo.
  2. “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
    El árbol bueno da buen fruto porque su raíz y fuente de vida está en la gracia.
  3. ¿Quiere usted ser un cristiano que glorifique a Dios?  Mire conmigo Juan 15:8 : “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto”.
    El fruto auténtico siempre glorificará a Dios, nunca al hombre.

CONCLUSIÓN:

Como conclusión, quiero que piense en el Fruto de la Fidelidad

Al andar por el camino angosto, Cristo nunca deja al creyente sin guía. Nos da una regla sencilla y profunda: “Por sus frutos los conoceréis.” En una era de confusión espiritual, esta verdad es un faro seguro.

Debemos tener muy en claro que el Señor no busca multitudes, busca siervos fieles. No busca apariencia, busca fruto verdadero que glorifiquen su nombre. Por eso, esta advertencia debe producir en nosotros a lo menos tres reacciones:

  1. Vigilancia: no aceptar todo lo que se presenta en nombre de Cristo y examinarlo a la luz de la Palabra.
  2. Dependencia: vivir en sujeción a su Espíritu y obediencia a su Palabra.
  3. Perseverancia: dar fruto permanente para la gloria de Dios.

Un verdadero creyente que camina por el camino angosto es aquel que nos menciona el Salmo 1.3: “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará»

“Así que, por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:20)

[1] Samuel Pérez Millos. Comentario Mateo. Pag. 489

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