Dos puertas, dos destinos – Una decisión eterna | Mateo 7:13-14 | Pr. David Hernández

Introducción

El recorrido por el sermón del monte ha sido desafiante, un mensaje perfecto dado por Dios mismo mostrando las características que debe tener un verdadero discípulo suyo. Ahora que Estamos llegando al final del Sermón del Monte (Mt. 5–7), Jesús, como un buen maestro, no cierra con palabras suaves, sino con advertencias serias y directas.

  • Entre esas advertencias encontramos:
    1. Dos puertas y dos sendas con dos destinos (7:13–14).
    2. Falsos profetas y su influencia malvada en el mundo (7:15–20).
    3. Falsa profesión, aparentes seguidores pero son engañadores (7:21–23).
    4. Dos cimientos, allí están los hacedores que se diferencian de los oidores (7:24–29).
  • La primera advertencia es fundamental: en la vida espiritual no hay neutralidad. Cristo nos dice que hay dos puertas delante de nosotros, por estas accedemos dos caminos, que conducen dos destinos. Pero solo una de ellas es la que lleva a la vida.
  • Igual que las señales de advertencia en la vida cotidiana las cuales podemos encontrar en distintos lugares (“peligro de muerte”, “piso mojado”, “no fumar”, “veneno”), Jesús nos advierte para preservar nuestra alma de la condenación.

Cada persona en este mundo ya está caminando en uno de los dos caminos: el ancho que lleva a la perdición o el angosto que lleva a la vida.

Comencemos a ver las dos puertas…

  1. Las Dos Puertas (vv. 13–14)
  2. La puerta ancha: fácil, cómoda y engañosa
  • Jesús dice: “Ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella”.
  • Esta puerta es tan amplia que millones entran sin darse cuenta. El texto ni siquiera dice que hay que elegirla o buscarla, no requiere ningún esfuerzo.
  • Representa el conformismo espiritual:
    • Seguir a la multitud sin pensar o evaluar a dónde estas se dirigen.
    • Creer e imitar lo que dictan las modas, filosofías y medios.
    • Vivir sin considerar las consecuencias eternas.
  • Por esta puerta ancha se entra con todo el equipaje del pecado: orgullo, placeres, egoísmo, autoindulgencia desmedida para evitar la responsabilidad, evitar el esfuerzo, justificarse así mismo.
  • Entrar por la puerta ancha no cuesta nada hoy en día, pero al final cuesta todo: la vida eterna.
  1. La puerta estrecha: difícil, costosa pero gloriosa
  • Jesús dice: “Estrecha es la puerta… pocos la hallan”.
  • “Entrad” (Eisélthate): imperativo aoristo → acción urgente e inmediata.
  • La puerta estrecha, a diferencia de la ancha,  debe ser hallada: implica una búsqueda intencional, cuidadosa, es una decisión consciente, no puedes pasar por ella sin darte cuenta. El hombre perezoso, apático o indiferente, el que sólo vive para los placeres o las preocupaciones del momento o el que nunca siente inquietudes espirituales, no encontrará nunca la puerta estrecha. Al menos, no la encontrará si Dios no pone alguna persona o circunstancia en su camino para abrirle los ojos[1]
  • Debe aclararse que “el encontrar” o “hallar” la vida no es algo realizado por el esfuerzo humano sino que depende de la gracia de Dios. Las palabras de Cristo son reveladoras: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Jn. 6:44). El ser humano por sí mismo no busca a Dios (Ro. 3:11). Es Dios quien, por su gracia, busca al hombre (Le. 19:10).[2]
  • Jesús frente a sus discípulos y oyentes no disfrazó la puerta estrecha, sino que la describió tal cual es, ya que El no quiere que nadie se comprometa como discípulo suyo sin considerar el precio.
  • Veamos algunas características que deben tener aquellos que deciden pasar por la puerta estrecha.
  • Características:
    • Humillación: como en la pequeña puerta de la Basílica de la Natividad en Belén, hay que agacharse ya que esta solo mide un metro y medio. Nadie entra erguido. Ilustra la necesidad de quebranto y arrepentimiento (Mt. 5:3–4; las Bienaventuranzas).
      • Nadie entra por esta puerta con arrogancia, sino que representa el fin de nuestro egocentrismo y de nuestra autosuficiencia.
    • Individualidad: se entra de uno en uno. Nadie entra por tradición familiar ni por cultura.
      • Es una decisión personal.
      • Esto implicará nadar contra la corriente, sentir el rechazo, el abandono he insulto que aquellos cercanos.
      • Ser un discípulo de Cristo significa que pasaremos momentos de soledad, de desprecio, esto es el verdadero “identificarse con Cristo” , “participar de sus padecimientos” (Filipenses 3:10)
    • Renuncia:  requiere que dejemos atrás todo aquello que nos impide entrar:
      • no se puede pasar con amor a las riquezas (Mt. 6:19–24),
      • ansiedad material (6:25–34),
      • justicia propia (6:1–18) ni espíritu orgulloso.
    • Conversión real: pasar por la puerta estrecha significa reconocer la bancarrota espiritual, arrepentirse y entregarse a Cristo.
      • Y así es como ya en el epílogo, el final del sermón, el Señor nos lleva a recordar su prólogo 5:2 “bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”
  • Veamos un ejemplo negativo: El joven rico (Mt. 19:16–22) quiso entrar, pero no soltó sus riquezas. Jesús le dijo: “Una cosa te falta”. Y se fue triste.
    • La puerta amplia fue su elección, esta permite que pasemos con todas nuestras ambiciones carnales, pecados, orgullo, egocentrismo, deseo y placeres. No tenemos que sacrificar nada para estar por esa puerta, aunque si hay un gran sacrificio que no se ve en el momento, “la esperanza de vida eterna”
  • Ahora un ejemplo positivo: Juan “el bautizador” (3: 4 ) “vestido de pelo de camello,… su comida era langostas y miel silvestre”, Pedro y Andrés  (4:20 )“dejando al instante las redes le siguieron”  Josué (Jos. 24:15) tomó una decisión radical: “Yo y mi casa serviremos al Señor”.
    • Aquí vemos que dejaron todo lo que sería un impedimento para pasar por esa puerta y tomaron la decisión correcta.
  • Aplicaciones:
    • La puerta estrecha no es popular ni cómoda, pero es la única que conduce a la vida eterna.
    • Si miramos el presente, a corto plazo es mucho más costoso el entrar por la puerta estrecha; a largo plazo es infinitamente más costoso pasar por la puerta ancha.
    • La puerta estrecha aún sigue abierta, el único impedimento apra entrar somos nosotros mismos, nuestro orgullo, afán, placeres, sin embargo la puerta sigue abierta y la invitación de Jesús sigue vigente V13: “entrad por la puerta estrecha”

¿Por cuál de las dos puertas decidirás?

Al decidir por una de las dos puertas debes saber que estas tienen una senda que deberás transitar, como hay dos puertas, hay dos sendas.

  1. Las Dos Sendas (vv. 13–14)
  2. La senda espaciosa: camino de perdición
  • Una vez se entra por la puerta ancha, se camina en una senda amplia, como una autopista de muchos carriles, como la avenida General Paz en Bs. As. Que tiene 5 carriles de cada lado.
  • Esta senda ancha es fácil, cómoda, llena de placeres inmediatos y de falsa libertad.
  • Un ejemplo que podemos ver hoy es el  materialismo, el hedonismo que busca el placer como su fin en la vida, el relativismo que se mete fuertemente con su filosofía diciendo que no existen verdades absolutas, cambiando los valores, normas, la moral diciendo que lo malo no es tan malo y lo bueno no es tan bueno, violencia, corrupción. Etc., cada uno buscando el bien propio.
  • Pero su fin es “apóleia” = Perdición (v 13), destrucción, ruina eterna, condenación
  • Proverbios 14:12: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte”.
  1. La senda angosta: es un camino de santidad que lleva a la vida V14
  • Una vez cruzamos la puerta estrecha, iniciamos el discipulado: no es un evento, es un proceso.
  • Cuando el verdadero discípulo pasa por la puerta estrecha por medio del nuevo nacimiento,  entiende que es un camino de santificación continua: negarse a sí mismo, cargar la cruz, luchar contra la carne. El apóstol pablo reconoce que cada día lucha contra el pecado que vive en el, y dice ¡Miserable de mi! (Ro. 9:24)
  • Aun después de entrar, la vieja naturaleza sigue rebelándose hasta la muerte.
  • Isaías 35:8-9 LBLA. Allí habrá una calzada, un camino, y será llamado Camino de Santidad; el inmundo no transitará por él, sino que será para el que ande en ese camino; los necios no vagarán por él. Allí no habrá león, ni subirá por él bestia feroz; estos no se hallarán[a] allí, sino que por él andarán los redimidos”
  • El  verdadero discipulado requiere una renovación constante,  el camino siempre será “angosto”, apretado, estrecho, comprimido, por lo que está diseñado por el Señor de tal manera que es difícil andar por él, con el fin de que nunca dejemos el  arrepentimiento diario, obediencia perseverante, fe probada.
  • Este camino angosto también sigue siendo así porque en el diseño divino nunca te permitirá ponerte cómodo con maletas de pecado, estas no entran en el camino. Por eso está la confesión permanente del cristiano “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9
  • Tenemos ejemplos de hermanos y hermanas que pasaron por la puerta estrecha y anduvieron en el camino angosto:
    • Abraham dejó su tierra.
    • Moisés rehusó los placeres de Egipto.
    • Rut dejó Moab para seguir a Jehová.
    • Ester arriesgó su vida por su pueblo.
    • Pablo sufrió persecuciones, cárceles y desprecio, pero perseveró hasta el fin.

Entrar por la puerta es el inicio; caminar la senda angosta es la evidencia del verdadero discípulo.

III. Las Dos Clases de Viajeros

  1. Los muchos (camino ancho)
  • Jesús dice: “Muchos son los que entran por ella”.
  • La mayoría prefiere el camino fácil, no requiere ningún esfuerzo y es instantáneo, natural en todos nosotros porque nacemos pecadores.
  • ¡CUIDADO! Muchos profesan ser cristianos, pero no son discípulos (Mt. 7:21–23). Cuántos hay hoy en día que piensan o se autoengañan diciendo que pasaron por la puerta estrecha pero sus vidas muestran lo contrario.
  • No existe en ninguna parte de la Biblia “una puerta estrecha con un camino ancho”, sino que dice que hay Una puerta estrecha con un camino angosto
  • ¿Recuerda al pueblo de Israel? millones salieron de Egipto, pero pocos entraron en la tierra. Solo un remanente volvió de Babilonia (Is. 10:22; Ro. 9:27).
  1. Los pocos (camino angosto)
  • Jesús dice: “Pocos son los que la hallan”.
  • Siempre ha sido minoría: “manada pequeña” (Lc. 12:32).
  • Pero estos pocos disfrutan de la verdadera paz, gozo y libertad (1 Pe. 1:8 “a quien amáis sin haberle visto…os alegráis con gozo inefable y glorioso”; Ro. 8:21 “… la libertad gloriosa”).
  • Aunque con pruebas, pueden decir con Pablo: “Entristecidos, más siempre gozosos; pobres, pero enriqueciendo a muchos” (2 Co. 6:10).

Hermanos y hermanas, No sigas a las masas. Los pocos que siguen a Cristo, son radicales no nominales.

  1. Los Dos Destinos
  2. Perdición (camino ancho)
  • Perdición es la palabra griega “Apóleia” = destrucción eterna, ruina total y permanente, no es la aniquilación como algunos piensan.
  • Descripción bíblica:
    • Hijo del reino echado fuera (Mt. 8:12).
    • Castigo eterno (Mt. 25:46).
    • Fuego eterno (Mt. 3:12).
    • Exclusión de la presencia de Dios (2 Tes. 1:7–9).
  1. Vida (camino angosto) V 14
  • Promesa de vida eterna en el Reino de Dios.
  • Gozo eterno en la presencia de Cristo.
  • Abundancia de paz, descanso y plenitud (Jn. 10:9–10).
  • El camino es difícil, pero el destino es glorioso.

No midas el camino por la facilidad del trayecto, sino por el destino final.

Conclusión

  • Jesús coloca delante de nosotros dos puertas, dos sendas, dos clases de viajeros y dos destinos.
  • No hay tercer camino. No hay neutralidad, o estas en uno o estas en otro.
  • La puerta estrecha está abierta aún.
  • Isaías 55:6-7: Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca. Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar. (LBLA)
  • Ezequiel 33:11 (LBLA) Diles: «Vivo yo» —declara el Señor Dios[a]— «que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?
  • Hay una puerta y se llama Cristo Juan 10: 9 “Yo soy la puerta; el que por mi entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”
  • Hay un camino Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí”
  • Jeremías 21:8 Y dirás a este pueblo: «Así dice el Señor: “He aquí, pongo delante de vosotros el camino de la vida y el camino de la muerte.
  • Hoy es el día de salvación (2 Co. 6:2).
  • Decide hoy:
    • ¿Seguirás la puerta ancha, con la multitud, hacia la perdición?
    • ¿O entrarás por la puerta estrecha, caminarás la senda angosta y disfrutarás de la vida eterna en Cristo?
    • Dos puertas, una decisión un destino
  • Oremos

[1] David F. Burt, Estrecha es la Puerta, Mateo 7:1–27, 1a Edición, vol. 5, Comentario Ampliado del Nuevo Testamento (Barcelona: Publicaciones Andamio, 2001), 78.

[2] Dr. Evis Carballosa. Comentario Mateo 1. Pag. 270.

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