El creyente y su enfoque | Mateo 6:19-23 | Pastor Rodrigo Cisternas

Introducción

Dios, a cada uno que ha sido alcanzado con el evangelio de Jesucristo, le ha llamado a ser parte de su reino celestial; pero la pregunta es: mientras llegamos a nuestra patria celestial ¿Qué es lo que Dios espera de mí?

El Espíritu Santo guía a Mateo a dejar cuatro lecciones que finalmente se transforman en una sola respuesta. ¿Cuáles son estas cuatro lecciones?

1). No te hagas tesoros en la tierra. Vs 19 – 21.

2). No sucumbas frente a la codicia. Vs 22 – 23.

3). No te conviertas en un esclavo de las riquezas. Vs. 24.

4). No te afanes por el día de mañana. 25 – 34.

Las cuatro lecciones simplemente entregan una respuesta y tiene que ver con el enfoque de mi vida; en donde debo poner todos mis esfuerzos y anhelos.

Me gusta como lo expresa el Comentario Bíblico Mundo hispano. Dice: “Todo hombre tiene que decidir cuál es el valor supremo de su vida. En un mundo materialista, que nos bombardea constantemente con su propaganda, uno puede caer fácilmente en la trampa de acumular tesoros en la tierra, si no fija claramente la prioridad en el reino”.

Jesús nos mostró algunos casos de personas que hicieron de sus posesiones sus más apreciados tesoros (El joven rico, el rico insensato, la semilla que cayó entre espinos).

El tema acá no es necesariamente dinero o recursos materiales o bienes, sino tesoros, es decir, aquellas cosas que para mí tienen tanto valor que estoy dispuesto a dedicarle mi vida o a invertir todo mi corazón.

Al dar su sermón, Jesús deja claro su postura respecto al tema de los tesoros.

TS: ¿Qué dijo Jesús?

  1. No te hagas tesoros en la tierra. Vs. 19 – 21.

Aquí habla directamente de aquellas cosas que para ti tienen mucho valor. El término “tesoro” es la transliteración de la palabra “tesaurós” y significa un depósito de mucho valor. No dice el texto “un tesoro”, o “unos tesoros”, sino vuestro tesoro, refiriéndose a la suma de lo que uno estima de más valor en su vida.

pueden ser riquezas, bienes, ropa, comodidad, posición social, lugar dónde vivo y muchas cosas que son consideradas por ti de mucho valor.

Recuerdo el caso de un Pastor que compartía que su mayor amor eran los zapatos. El tenía pero muchos, muchos zapatos, y esto era para él su gran tesoro. Sus zapatos eran su alegría, su satisfacción y poder comprar un par más era su orgullo y gran logro.

¿Qué cosa material podrías decir que es tu tesoro? ¿Tu auto, tu casa, tu celular, tu tele, tu depto, tu computadora, tu ropa, tu cuenta en el banco, tu casa de veraneo?

¿Acaso son cosas malas? No, siempre y cuando no se haya convertido en tu tesoro.

¿Qué dijo el Señor? «No os hagáis tesoros en la tierra»

  1. Las cosas materiales se corrompen.
    1. La polilla se come la ropa. Interesante que las personas ricas tuvieron tantos vestidos acumulados, que cuando por fin los querían usar las polillas ya se los habían dañado.
  2. El orín se come los metales. Las riquezas acumuladas, tesoros, metales preciosos eran corrompidos por el orín. (óxido rojizo que se forma en la superficie del hierro por la acción del aire húmedo)
  3. Las cosas materiales se las roban.
    1. Los ladrones, personas que gustan quedarse con lo ajeno, procurarán siempre conseguir estos bienes.
  4. La LBLA, traduce: «donde ladrones penetran y hurtan».

¿Cuál es el punto de Jesús? Creo que el Señor nos está pidiendo que no estemos atados a nada material. Que cuidemos nuestro corazón de entregarlo a algo pasajero pero que puede ocuparnos la vida sin dejarnos tiempo para las cosas que de verdad tienen valor.

Nota como él sigue este tema en el versículo 20.

  1. «Sino haceos tesoro en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan ».
    1. Valorar como preciosas aquellas cosas que tienen peso eterno.
    2. Amar aquellas cosas que son espirituales, que trascienden a esta vida.
  1. «Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón».
    1. Como el efecto de un imán sobre el metal; el corazón es atraído hacia aquello que se ha constituido para tí, como lo más importante.
  2. Donde se encuentre lo que yo más aprecio, allí estará puesto todo mi corazón (mi mente, mi enfoque, mi esfuerzo, mis prioridades, mi sacrificio, mi alegría, mi todo).
  • El dicho es muy lógico. Dime donde estás poniendo tu corazón y yo te diré dónde está aquello que más estimas, tu tesoro.
  1. Jesús quiere seguidores que inviertan sus vidas en los tesoros celestiales y que eviten los compromisos en esta vida por tesoros materiales.

Aplicación.

Quien ponga su corazón en las riquezas de este mundo, tiene que recordar que las mismas te producirán ansiedades.

  • Se puede apolillar.
  • Se puede corromper.
  • Se lo pueden robar.

Quien ponga su corazón en los tesoros del cielo; tendrás una recompensa imperecedera.

TS: Su segundo punto está en los versos 22 – 23.

¿Qué dijo el Señor para sus seguidores?

  1. Cuida tu visión. Vs 22 – 23.
    1. «La lámpara del cuerpo es el ojo». Lo que vemos es tan importante como la forma en cómo lo vemos.

Jesús sigue enfatizando el mismo principio con una metáfora acerca de la importancia de establecer el reino de Dios como primera prioridad.

Antiguamente las personas consideraban que el ojo era la ventana por medio de la cual entraba luz en el cuerpo. Cuando tenían buena visión, tenían buena luz (claridad en el alma); pero cuando los ojos fallaban, vivían en oscuridad.

  1. «Si tu ojo es bueno». No está viendo doble. No tiene dobles intensiones. El ojo sano se dirige en una sola dirección, se enfoca bien en el objeto, porque la imagen es nítida. En este caso, un ojo bueno sería aquel que está buscando a Dios y no a Dios y los tesoros de este mundo. Eso sería una vista doble, la cual te impide tener claridad respecto a cuál es tu objetivo.
  2. «Todo tu cuerpo estará lleno de luz». Claridad absoluta de lo que es tu propósito en la vida. Un objetivo claro, sin tropiezos.
  • «Pero si tu ojo es maligno». Tiene una mirada doble, con más de un interés de por medio.
  1. «Todo tu cuerpo estará en tinieblas». Todo nuestro ser estará en tinieblas. Por el camino de la perdición.

Aplicación.

Asegúrate bien por qué haces lo que haces. Si estás haciendo cosas buenas con motivaciones malas, entonces tu ojo es maligno, estás en tinieblas. En la Biblia vemos varios ejemplos de personas que tuvieron un ojo maligno: Judas Iscariote, quien quería ser seguidor de Jesús para alcanzar influencia, poder terrenal; Simón el Mago, que quería tener al Espíritu Santo, pero quiso comprarlo para obtener tan asombroso poder; Diótrefes, quien más que servir al Señor le gustaba tener el control de la iglesia.

Muchas personas cuando se encuentren con el Señor le dirán Señor, Señor y el Señor les responderá apartaos de mí hacedores de maldad. Ellos podrán argumentar que “hicieron muchas cosas por el Señor”, pero el Señor reiterará su respuesta no os conozco, apartaos de mí hacedores de maldad.

No crea que hacer cosas buenas con malas intenciones es algo que a Dios le agrada; por el contrario Dios aborrece este tipo de visión.

  1. «Así, que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿Cuántas nos serán las mismas tinieblas?»

Vivir en este tipo de tinieblas ya es algo tenebroso pero eso ni siquiera se acerca a lo que son las mismas tinieblas. Este tipo de vida abre la puerta a un mundo de tinieblas las cuales son inagotables al punto que ellas pueden llenar el corazón del hombre convenciéndole de permanecer en este tipo de oscuridad.

Conclusión.

El enfoque de los creyentes no son los tesoros terrenales sino los celestiales, el Señor no nos tiene en este mundo como inversionistas para la eternidad. Poniendo nuestro corazón en aquellos anhelos. Debemos cuidar y examinar nuestras motivaciones, que siempre sean en el cumplimiento de su plan de su voluntad. Siempre asegurándonos por qué hacemos lo que hacemos. No hacemos las cosas por conveniencia sino por obediencia al Señor. No buscamos riquezas terrenales pero sí tesoros celestiale

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