Introducción
En la voluntad permisiva de Dios, a veces hacemos cosas equivocadas pero que de forma muy extraña terminan bien; esta no es la norma sino la excepción a la regla.
En el caso de Abram, pese a su manera de actuar, Dios tuvo una promesa sobre él y Dios velaría por cumplirla.
Abram, en su reciente experiencia en Egipto, es librado de la complicada situación que armó mintiendo acerca de su esposa y permitiéndole, en este caso a Faraón, tomarla como su mujer, haciéndola parte de su harén (o harem).
En lugar de matarlo, o hacerle algún tipo de mal, Faraón solo lo expulsa de Egipto, sin embargo, le permite llevar todo lo que había conseguido y también recuperar a su mujer.
Dios puso temor en el corazón de Faraón. El cuidado providencial de Dios sobre Abram es evidente. No porque Abram hizo lo bueno, sino porque Dios tuvo una relación de pacto con él. Esto es gracia amados hermanos; la historia de Abram es una historia de la gracia de Dios sobre un hombre común. ¿Qué hace especial a un hombre común sino a gracia de Dios que reposa en él?
Ahora, en el capítulo 13, Dios sigue trabajando en la vida de Abram, ahora separándolo de uno de sus familiares que desde el principio no tuvo parte en este llamado de Dios a Abram. Hablamos de su sobrino Lot.
Interesante como Dios está trabajando en la vida de Abram, aún si Abram se diera cuenta o no, Dios estaba llevando su plan adelante.
Amados, Dios tiene planes perfectos, para personas imperfectas. Por eso a veces nos cuesta entender que es lo que Dios quiere, porque son tan perfectos sus planes, tan exactos, tan precisos, que a nosotros, gente tan imperfecta, nos cuesta seguirle el paso a Dios y confiar en sus planes, aunque son perfectos.
Vs 1 – 5.
Abram vuelve al lugar donde había construido altar a Jehová.
Es interesante que una vez salido o expulsado de Egipto, el siguiente destino de Abram fue buscar su antiguo altar ¿por qué? Pienso que el relato nos muestra a un Abram que recupera a su esposa (vs 20), que reúne muchos recursos, se hace riquísimo (13: 2), sin embargo, a este hombre de fe le faltaba algo, restaurar su relación con Dios.
Nótese el versículo 4: «e invocó allí Abram el nombre de Dios».
A esto yo le llamaría una muestra genuina de arrepentimiento. Creo que Abram pensó que ese era el lugar de donde nunca debió salir.
¿Será esta convicción una convicción profunda en Abram? El tiempo nos lo dirá.
Abram, pese a la experiencia en Egipto no dejó ni por un momento de pensar en Dios.
Reflexión.
Piense en esto: Después de una experiencia así, muchos hubiesen dicho: Lo que tengo ahora lo conseguí con mí esfuerzo, con mí sacrificio; Dios no me ayudó cuando más lo necesitaba, pero los dioses de Egipto si.
Sin embargo, para Abram no fue así. Para Abram era claro que Dios siempre tuvo el cuidado y el control de todo lo que vivió, a pesar de su error de descender a Egipto.
El hecho de que Abram volviese a la tierra que Dios le prometió y al altar que le construyó nos dice que su fe, a pesar de la experiencia, estaba intacta, él seguía creyendo profundamente en Dios.
Vs 5.
Dentro de estos cinco versículos vemos como se incluye a Lot recibiendo los beneficios de estar bajo la sombra de su tío. (vs 1, 5)
El verso cinco es notorio: «También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas». Lot recibía bendiciones gracias a la relación que Abram tuvo con Dios.
Algo similar pasa con la familia incrédula de un creyente en Cristo.
1 Corintios 7: 13 – 14. «Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos».
Para aclarar, Lot no era un incrédulo (2 P. 2: 6 – 8) sin embargo nunca lo vemos levantado un altar o buscando al Dios de Abram.
Pareciera que Lot era de la orden de los “cristianos secretos”; ¿cuál es esta orden? Aquellos que no se hacen notar hasta que viven situaciones extremas, pero que, dentro de un grupo de incrédulos, en una situación normal, es muy difícil de reconocerlos.
Abram entiende que debe dejar ir a su sobrino. Vs 6 – 7.
Vs 6.
Creo que Dios escogió el mejor momento para que esta separación se diera. Fue en un tiempo de abundancia, lo cual aliviaría el corazón de Abram, pensando en el bienestar de su sobrino amado. Fue en plena prosperidad donde se forman nuevas proyecciones de vida.
Debemos entender que este no fue el plan de Abram, tampoco de Lot, sino el plan de Dios. Si ellos no se hubiesen encontrado en esta situación quizás nunca se hubiesen separado.
Fue la bendición la que los separó, no el conflicto.
Dice el texto que «sus posesiones eran muchas». La tierra se les hizo pequeña para tanto ganados.
Vs 7.
A veces el crecimiento produce conflictos. Fue lo que sucedió con la iglesia primitiva (muchos llegando, se descuidó el servicio a las viudas de los griegos). A veces el crecimiento trae sus complicaciones.
Hubo además de los pastores de Abram y de Lot cananeos y ferezeos. El problema era real. No era cuestión de celos o de enemistad, era cuestión de espacio. Le llamamos a esto, buenos problemas. Crecimiento grande, lugares que se hacen pequeños.
Vs 8 – 9.
Fue la consideración que los separó, no el conflicto.
Abram lo dijo claramente. «No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos».
Abram, valorando su relación con Lot, le ofrece un buen trato.
Abram fue muy generoso con su sobrino ya que le ofrece escoger donde habitar y él iría al lado contrario.
Mucho para ser solo el sobrino; que pueda decidir sobre una tierra que no le fue dada, era mucha generosidad de parte de su tío: ¿Acaso Lot no debía ser humilde y darle al tío la primera oportunidad? ¿Acaso no debía reconocer que todo lo que tenía era gracias a Dios y a su tío que lo había llevado y provisto de todo cuando él no tenía nada?
¿Será que a veces las personas solo andan buscando la “oportunidad” y que cuando la tienen olvidan todo lo que fue su pasado y a quienes los ayudaron?
Esta oportunidad nos ayudará a ver el carácter de Lot. Hasta ahora en la historia un desconocido, pero de aquí toma protagonismo.
Vs 10 – 11.
Acto seguido de este ofrecimiento, Lot, alza sus ojos y escoge la parte más fértil de la tierra.
«Como el huerto de Jehová»
«Como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar»
Se entiende que estos lugares eran preciosos y prósperos.
Lot tomó toda la llanura del Jordán yéndose hacia el oriente.
Vs 12.
Lot, una vez que se separó de su tío, fue poniendo sus tiendas hasta llegar a Sodoma.
Vs 13.
Se sabía la fama de esta ciudad, «eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera» la referencia es inequívoca, eran totalmente contrarios a lo que Lot había visto en su tío y en su familia, sin embargo Lot, siguiendo su instinto, va camino hacia esta ciudad.
Entendamos que Lot no llegó a vivir en Sodoma por causa de un engaño, él fue por voluntad propia.
Para Dios, era tiempo que Abram dejara el equipaje extra. Dios permitió que Abram llevara a su sobrino, sin embargo, el plan de Dios para Abram no incluía a Lot.
Dios quería que Abram disfrutase de su llamado, pero era sin equipaje extra, su sobrino fue bendecido en el tiempo que estuvo con Abram y Dios sin duda seguiría cuidando de él, pero definitivamente no estaba en el plan de Dios que Abram lo tuviera siempre a su lado.
Vs 14 – 18.
Dios, después de que Lot se fuera, reitera sus promesas a Abram.
Interesante que Dios le dijo ahora a Abram: Alza ahora tus ojos. este fue el mismo acto que Lot hizo cuando su tío le ofreció la tierra. Lot alzo sus ojos y decidió, pero ahora Dios le da la misma oportunidad a Abram. Lot tomó la llanura, pero Dios le otorgó a Abram todo lo que sus ojos alcanzaban a ver. (Vs 15)
- Dios le entrega la esta tierra para siempre.
- Dios le promete una descendencia como el polvo de la tierra.
- Dios le llama a disfrutar y a disponer de esta promesa.
- Es una bendición enorme, tendría toda la vida para disfrutar de esta promesa.
- Dios le pide que la recorra, que vea los distintos matices de lo que es su bendición.
- Así Dios nos llama a disfrutar de los distintos aspectos que tiene el hecho de ser salvos. Cuanta belleza hay en esto que se llama la vida eterna. Hay mucho que recorrer, mucho que apreciar, mucho que disfrutar en la vida nueva que Dios nos ha dado a través de Cristo.
Vs 18.
Abram, una vez más, responde con una demostración de fe y de su gratitud a Dios.
Creo que el mayor gozo de Abram aquí fue saber que su relación con Dios estaba restaurada, que podía contar aún con el favor de Dios.
Conclusión.
Dios quitó de Abram el peso extra. No abandonó a Lot, pero lo separó de Abram. Interesante forma en la que Dios trabaja.
¿Hay algo de peso que te impide hacer lo que sabes que Dios quiere de ti?
¿Tienes el poder de dejar ese peso extra?
Si no lo tienes confía que Dios se encargará. A Lot no lo llevó a malas situaciones, fue a través de la bendición, así que no siempre el quitar peso extra significa que a las personas les irá mal, esperamos de hecho lo contrario, porque los amamos esperamos que les vaya muy bien, pero cuando Dios te llama, te llama sin peso extra.