Introducción
Moisés, después de relatar el acontecimiento de “La Torre de Babel”, se enfoca en una descendencia en particular, la descendencia de Sem. Sem recibió de Noé, su padre, una bendición especial; dice Génesis 9: 26: «Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem,».
Una bendición muy grande que Dios dio a Sem, fue pertenecer a la descendencia elegida por Dios para enviar a Abraham; descendencia que posteriormente sería llevada adelante por Isaac, y así luego por Jacob, hasta llegar a David y, en el cumplimiento de los tiempos, traer al Señor Jesús.
Esta parte de Génesis 11 va a desembocar en la persona de Abram, quien va a llegar a ser el personaje más relevante dentro de la historia del pueblo de Israel.
En la primera parte de este capítulo, Moisés nos contó acerca de la torre de Babel, que sin duda fue una manifestación inequívoca de rebeldía y desafío en contra de Dios. Esto, si hubiese sido una pelea, podría ser titulada: “Humanidad v/s Dios”. Los hombres dijeron en Génesis 11: 4: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre… Y Dios dijo en el verso 7: «Vamos (en el texto original), descendamos, y confundamos allí su lengua».
¿Cómo termina esta pelea? Dios triunfa sobre los planes que tuvieron los seres humanos, planes que eran contrarios a los planes de Dios.
Le guste al hombre o no, Dios es soberano y sus planes se tienen que cumplir sobre la tierra sí o sí. El hombre que decida pelear con Dios terminará frustrado. Aunque el hombre procure sacar a Dios del plan, no se puede, porque este mundo es de Dios y por lo tanto Él puede hacer con él como a Él le plazca. No tenemos el control, Dios tiene el control.
En la segunda sección de este capítulo (vs 10 – 32) Moisés solo se enfoca en la descendencia elegida por Dios para traer a esta escena a quien sería parte fundamental de su plan. Su nombre es Abram, el padre de multitudes. Y aunque Moisés solo se enfoca en esta descendencia, hay un tema muy importante que rescatar acerca de Dios en su trato con los hombres.
TS: Antes de tocar el tema del trato de Dios con los hombres veamos:
Como esta descendencia apunta a la futura aparición de Abram.
Nótese que esta descendencia ya fue mencionada. Génesis 10: 22 – 32.
¿Por qué Moisés vuelve a hablar de ella?
Notemos que si bien fue mencionada, ahora esta descendencia Moisés la extiende, en su descripción, hasta llegar a Abram.
Se entiende que la intención de Moisés en la primera mención fue hablar de esta descendencia como parte de los hijos de Noé, pero ahora, especifica que, esta descendencia, fue la que vio nacer a Abram. Son dos énfasis distintos. Antes como parte de los hijos de Noé, ahora como el eslabón de la historia de Abram.
TS: Una vez establecido este punto, veamos:
Como esta descendencia apunta a la elección de Dios y no las prioridades humanas.
Notemos que de Sem, se menciona a Arfaxad como su descendencia; ¿Esto que tiene de extraño? Que no se apega al orden de primogenitura (Génesis 10: 21 – 22)
Esta descendencia no viene por orden de primogenitura, sino por orden Divino. Es Dios quien establece quienes han de ser parte de esta descendencia, no por cuestiones de primogenitura, o de orden de nacimientos, sino por Dios quien es el que finalmente establece y llama. Algunos de forma transitoria y otros de forma trascendental.
Vemos el caso de Arfaxad, quien fuera considerado trascendental sobre sus hermanos. Pero vemos también a Sala participando de forma transicional. Vs 12 – 13.
Vemos a Heber, hijo de Sala (vs 14 – 15) siendo trascendental (Génesis 10: 21) de dónde se piensa que viene el nombre “hebreo” (descendiente de Heber) Génesis 14: 13; 39: 17.
Pero también a su hijo Peleg (vs 16 – 18) como alguien relevante ya que es señalado para marcar el tiempo donde los seres humanos serían repartidos por toda la tierra. Génesis 10: 25.
Peleg significa “división” nombre que fue puesto anticipando, se piensa de forma profética, que en sus días Dios separaría a los hombres que estaban tan empeñados en quedarse todos juntos y hacerse de un nombre.
Además vemos que Peleg muere mucho más temprano que sus antepasados, marcando una diferencia de 200 años aproximadamente. Vs 19.
Vs 20 – 25.
Luego vemos que esta descendencia menciona a algunos que fueron más de transición en esto que consideramos el plan de Dios.
Reu – Serug – Nacor.
Nacor se transforma en alguien más relevante por el hecho de engendrar a Taré, pero es Taré en realidad el que toma mayor relevancia en la historia, y es evidente, ya que Moisés toma un espacio importante en este capítulo para cubrir su historia.
Espero que se entienda lo que estoy intentando mostrar. No se trata de los hombres, se trata de Dios. Es Dios quien ordena a quien ha de usar de forma trascendente o de forma transicional. No todos los que participamos en el plan de Dios somos llamados a ser personajes trascendentales; lo importante es que hemos sido llamados a participar de lo que es el gran plan de Dios para establecer su reino.
El hecho de estar dentro del plan ya es una gracia y misericordia inmerecida, pero también podemos reconocer que Dios levantará a algunos de sus hijos de una forma impresionante, para que el mundo escuche del precioso mensaje del evangelio.
A veces Dios los reunirá en las mismas épocas, o a veces estarán en épocas distintas, pero siempre será Dios quien se ocupará de mantener en alto su mensaje.
Lo mismo se ve en los Patriarcas. Abraham trascendental, Isaac, el Hijo de la promesa transicional, para dar paso a Jacob, quien fuera trascendental.
Lo mismo puedo observar en los Apóstoles del Señor Jesús. Unos muy trascendentales y otros más transicionales, unos más reconocidos y otros más desconocidos.
Ayer partió a la presencia de Dios, uno que fue considerado “grande” “trascendental” dentro de los cristianos. John MacArthur. Un creyente trascendental, un hombre que nos ayudó a muchos de nosotros a comprender mejor las Escrituras y amar más a Dios; que nos mostró a Dios de tal forma que nuestra percepción fue mucho más nítida.
Su influencia se ha extendido creo casi a todos los continentes, a través de hombres que han sido formados en la verdad de Dios gracias al ministerio de este tremendo maestro y creyente.
En su momento fue igual con Spurgeon, D.L Moody, George Müller, con R. C Sproul o con Canut de Bon y otros que Dios levantó para dar a conocer su nombre.
¿Significa que los transicionales no son importantes?
Por supuesto que no. Sin ellos no se podría llevar adelante el plan de Dios. Todos en esta historia son importantes, pero hay que reconocer que unos serán usados en escenarios mayores y otros tras el telón. Pero definitivamente todos son parte de la obra, todos, por lo tanto, necesarios.
Termina esta lista de trascendentales y transicionales con el ejemplo de Taré y Abram.
Vs 26 – 32.
Taré engendró a sus hijos en una época distinta de sus antepasados. A los setenta años no era la costumbre de la tierra; todos engendraban hijos de promedio a los treinta años. Taré se demoró más de lo típico.
Tuvo tres hijos. Abram, Nacor y Harán. Harán engendró a Lot.
Harán muere, quedando Lot a cargo de su abuelo y de sus tíos Nacor y Abram.
Todos ellos vivían en Ur de los Caldeos. Vs 28.
Quiero citar algo que escribió el Doctor Carballosa respecto de Ur de los Caldeos: «Si, como se cree, la mencionada ciudad de Ur era la que estaba en el sur, debemos notar que era una gran ciudad, con una civilización muy adelantada que incluía una biblioteca antes del tiempo de Abram. El gran patriarca no emigró de una ciudad insignificante para viajar al norte, hacia Canaán, sino que salió de una gran ciudad; aunque pecaminosa e idólatra».
Josué estaría de acuerdo con esta última descripción. Josué 24: 2, 14 – 15.
En esta ciudad los jóvenes Abram y Nacor se casaron. Vs 29.
- Abram con Sarai. Moisés agrega que Sarai es estéril. (vs 30) Esto será muy importante en la historia de gracia que Dios continuará con Abram.
- Nacor con la hija mayor de su hermano fallecido, Harán. Se implica aquí que Lot fue el hijo menor de Harán, quien tuvo dos hijas antes: Milca e Isca.
Vs 31 – 32.
Algunos comentan que el hecho de que Moisés tomara un espacio distinto para hablar de Taré implica que Dios llamó a Taré a la tierra prometida.
Si esta declaración es cierta, entonces deberíamos preguntarnos por qué Taré se quedó en Harán. El texto dice: «y se quedaron allí».
Es probable que esta ciudad ofrecía comodidades que hicieron desistir a Taré de ir a Canaán. ¿fue desobediente a la voz de Dios? ¿Se dejó convencer por lo que vio y no por la voz de Dios? ¿Puede que un creyente no cumpla con la voluntad de Dios por ser cautivado por los atractivos que ofrece una ciudad?
Se comenta de Harán, la tierra donde Taré se estableció junto a su familia: “que se adoraba al dios luna y era una ciudad de muchos atractivos”.
El verso 32 dice: «y murió Taré en Harán». Lo que nos muestra que, finalmente, la persona trascendental en esta historia no fue Taré, sino Abram.
La muerte de Taré en Harán formaba parte del diseño Divino. Dios llamó a Abram, no a Taré. Dios haría un pacto con Abram no con Taré. Como lo expresó Esteban en su discurso, Dios llamó a Abram antes de que saliese de Ur de los Caldeos.
Hechos 7: 2 – 4.
Dios en la historia ha llamado a ciertos hombres para una tarea especial: Elías, Amós, Isaías, Pedro, Mateo, por mencionar algunos. Pero el llamado a Abraham fue sin duda singular. Hebreos 11: 8.
¿Qué aprendemos de esta y otras genealogías?
- Que Dios está interesado en personas a quienes Él santifica y usa con miras al establecimiento de su glorioso reino.
- Que no todos serán trascendentales, sin embargo, todos somos útiles. Que debemos procurar hacer nuestra parte en el plan de Dios.
- Que los no trascendentales no deben ser creyentes de segunda categoría por el hecho de no ser de los más reconocidos, puesto que Dios se interesa que todos sus hijos le honren y le adoren.
- Que si hay creyentes que Dios está usando, lejos de envidiarlos o criticarlos, debemos orar por ellos, para que la antorcha del evangelio que portan la lleven lo más lejos y el mayor tiempo posible.