Introducción
Nuestro Señor Jesucristo en esta parte del Sermón del Monte va a seguir usando mandamientos y pasajes del antiguo testamento para dar una correcta enseñanza e interpretación del texto en contraste a lo que decían los escribas y fariseos, como hemos visto antes los escribas y fariseos eran los lideres religiosos de Israel que mas predominaban en la nación. Estos hombres habían enseñado al pueblo a guardar los mandamientos de la ley de una forma muy superficial sin llegar al alcance real del mandato que era llegar al corazón. Como ya vimos estos hombres enseñaban que el mandamiento de: no matarás, se violentaba únicamente con el acto mismo del asesinato, pero Jesús dijo: que cualquiera que llame necio o fatuo (literalmente cabeza hueca) a su hermano ya es culpable de juicio.
Luego Jesús también habló sobre el tema del adulterio y expuso lo que enseñaban estos rabinos, que enseñaban que cometer adulterio era solo cometer el acto de acostarse con otra mujer que no sea su esposa, pero Jesús enseña el verdadero adulterio y dice: cualquiera que mire a una mujer con codicia ya adulteró con ella en su corazón. Y así también lo mismo con el divorcio, los rabinos enseñaban que se podía repudiar a la mujer por cualquier causa, pero Jesús enseñó que la única causa de divorcio era por adulterio.
Después de hablar sobre asesinato, adulterio y divorcio, temas muy sensibles y fuertes en la sociedad, Jesús ahora dirige su sermón a un tema que también era muy común en la sociedad judía: los juramentos.
Lo primero que veremos antes de entrar directamente al texto es la definición de dos palabras que aparecen en este pasaje, para poder entender la enseñanza de Cristo tenemos que comprender primeramente lo que es un juramento y en segundo lugar tenemos que definir lo que es un perjurio.
¿Qué es un juramento?
Es una apelación a Dios como testigo de la veracidad de una declaración o del carácter obligatorio de una promesa. Al jurar estamos llamando a Dios por testigo de que nuestras palabras son verdaderas y de que cumpliremos lo que hemos prometido. Ejemplo: Genesis 21:23-24 Abimelec dice: júramelo por Dios, llama a Dios por testigo para que cumplas lo que estas diciendo. y Abraham juró. Otro ejemplo: Hebreos 6: 13-16. Dice el autor aquí que en los tratos del hombre con el hombre el juramento concluye la controversia, para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. El juramento entonces es llamar a Dios por testigo de que lo que estamos diciendo es verdad o de que nuestra promesa nos esforzaremos por cumplirla.
¿Qué es el perjurio?
Perjurar es jurar en falso, cuando se dice que una persona ha cometido perjurio, lo que se quiere decir es que, interpuso un juramento a una declaración que no era verdad o a una promesa que no estaba dispuesta a cumplir.
Esa es la enseñanza clara y sencilla de las Escrituras de lo que es un juramento y lo que es perjurar. Sin embargo, y a pesar de la claridad con que la palabra de Dios trata este asunto, también en esto los escribas y fariseos metieron su mano y tergiversaron el mandamiento de Dios para reducir el alcance de sus ordenanzas.
Pero antes de entrar en detalle de las enseñanzas de los escribas y fariseos con respecto a los juramentos, vamos a considerar brevemente la enseñanza de la ley sobre los juramentos. Es importante que consideremos esto, así sea brevemente para poder comprender las sutilezas que usaron los rabinos para torcer el significado del mandamiento. Deuteronomio 6:13 A Jehová tu Dios temerás, y a Él solo servirás, y por su nombre juraras. Dios asume en este texto que los hombres juraran y da una orden explicita a su pueblo de que al jurar debían hacerlo en su nombre, ahora no olvidemos que en los 10 mandamientos se prohíbe usar el nombre de Dios en vano, en el tercer mandamiento dice: no usaras el nombre de Jehová tu Dios en vano. Pero había ocasiones en que ellos debían jurar y en ese caso debían hacerlo por el nombre de Dios.
Sin embargo, escucha lo que dice Levítico 19:12 Y no jurareis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová. Hay una excepción aquí, solo podían jurar en el nombre de Dios solo en el contexto de la verdad, llamar a Dios por testigo en el contexto de una mentira, es hacer a Dios participe de esa mentira y eso es pecar directamente contra Dios. El que juraba usando el nombre de Dios en vano, profanaba el nombre de Dios y estaba bajo maldición.
Hay muchos otros pasajes que hablan de los juramentos, pero según los que hemos visto podemos resumir la enseñanza de las Escrituras con respecto a los juramentos en 3 cosas:
- Los juramentos debían ser hechos únicamente en el nombre de Dios.
- Solo para decir la verdad.
- Solo cuando estuviesen seguros que cumplirán lo que se ha prometido.
Como podemos ver la enseñanza de la ley sobre los juramentos no es compleja, es simple y sencilla, no tiene complicaciones, cualquier persona lo puede entender. Sin embargo, como siempre los escribas y fariseos torcieron el mandamiento. Veamos entonces.
La enseñanza de los escribas y fariseos (Mateo 5:33-36)
En aquella sociedad de los tiempos de Jesús también era muy común el engaño, la mentira, el buscar dañar a otro para beneficiarme yo. Tal cual como pasa hoy en día, en esos tiempos pasaba lo mismo, el pecado sigue haciendo el mismo daño que hacia desde el principio hasta ahora. Y los fariseos y escribas buscaron la forma de hacer daño y engañar usando los juramentos, y ¿Cómo lo hacían? Buscaron el modo de esquivar la responsabilidad del perjurio, enseñando que solo se incurría en él cuando el juramento se hiciere en el nombre de Dios.
Comentario de John MacArthur:
En aquella cultura, juramentos de este tipo eran frecuentemente empleados para propósitos engañosos. Para hacer creer a otra persona que lo que se estaba diciendo era cierto, los judíos podían llegar a jurar por el “cielo” , “la tierra” , “Jerusalén”, o por su propia “cabeza”, pero no por Dios, para evitar un posible juicio divino a causa de sus mentiras. Pero todo lo que nombraban era parte de la creación de Dios, así que de alguna forma se hacían culpables delante de Él, como si el juramento hubiera sido hecho en su nombre.
Entonces la astucia que usaron los fariseos y escribas fue cambiar el objeto del juramento, es decir; si no juramos por el nombre de Dios como dice la ley, entonces no estaremos pecando si no cumplimos ese juramento, sin embargo ellos buscaron usar cosas sagradas para darle algo de valor y credibilidad al juramento, por ejemplo:
Versículo 34 Pero yo os digo: no juréis en ninguna manera, ni por el cielo, porque es el trono de Dios.
35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies, ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Ellos decían bueno no juremos por Dios pero vamos a darle un poco de divinidad al juramento para que sea creíble y decían: te lo juro por el cielo. Pero Jesús dice si juras por el cielo, estás jurando por Dios porque el cielo es su trono, y también juraban por la tierra, sin darse cuenta que la palabra dice en Isaías 66:1 que la tierra es el estrado de sus pies. Jurar por una propiedad es lo mismo que jurar por el dueño de la propiedad, Dios es el dueño de la tierra, entonces estaban jurando por Dios mismo aunque no nombrarán su nombre.
También era muy común jurar por Jerusalén: los judíos veneraban Jerusalén, la tenian en más alta estima, era y es sumamente importante para ellos, la ciudad santa, donde estaba el templo, el lugar donde ellos adoraban, el lugar donde desendia la presencia de Dios.
36 ni por tu cabeza juraras, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.
Algunos no se atrevían a jurar por el cielo, por la tierra ni mucho menos por Jerusalén (estos eran los más conservadores) pero el sistema del juramento estaba tan introducido en la sociedad judía que se atrevían a jurar por su propia cabeza. Era como decir: que pierda mi vida. Sin embargo, esta también era un mal juramento porque ningún hombre es dueño de su vida, Jesús deja esto claro muy fácilmente ya que el hombre no tiene poder ni siquiera sobre un elemento tan sencillo como es el cabello, no tiene el poder para blanquear o conservar el cabello, solo Dios puede hacer eso. Entonces de la misma forma estaban perjurando al orar por sus vidas, no teniendo en cuenta que Dios es el dueño de la vida de todos.
En resumidas cuentas Jesús no está prohibiendo el juramento, lo que Jesús está debatiendo aquí es la ligereza con que hacían los juramento y peor aún; la ligereza con que se rompían, usándolos para engañar y mentir a las personas. Jesús está enseñando aquí que los fariseos y escribas habían buscado atajos legales para evitar el perjurio, jurando por otras cosas, pensando que al no mencionar el nombre de Dios estarían libres de juicio. El juramento había sido establecido como algo solemne y serio y que solo debía hacerse en el nombre del Señor y no se podía quebrantar porque estarían bajo maldición. Sin embargo, eso muy poco les importó a los judíos de la época y buscaron la forma de tergiversar el mandamiento, tal cual como lo habían hecho con los dos anteriores que ya vimos.
Y esto nos lleva a nuestro último versículo y la enseñanza de Jesús sobre este tema. ¿Qué dice Jesús?
37 pero sea vuestro hablar; Si, si, no; no. Porque lo que es más de esto, del mal procede.
Jesús concluye su enseñanza en cuanto a los juramentos haciendo alusión a la firmeza que debe tener la palabra de un creyente. No cabe en la forma de hablar de un hijo de Dios otra cosa que no sea la verdad.
Me gusta como lo dice Macarthur:
Jesús sugiere que todo nuestro hablar debe ser como si estuviéramos bajo juramento para decir la verdad.
En un mundo lleno de engaños y de mentiras, las palabras del creyente deben ser siempre la verdad, cueste lo que cueste.
Una vez vi en una historia de un empleado cristiano que el jefe lo llamó a su oficina y le dijo, quiero proponerte un ascenso, necesito a alguien de confianza que trabaje a mi lado, el empleado se emocionó mucho y le dijo muchas gracias jefe por su confianza en mí, y la verdad estoy pasando por problemas económicos y aumento de sueldo me caería super bien.
Luego el jefe le dijo que lo ascendería a encargado de bodega pero necesitaba una sola cosa: que cuando llegaran los camiones con la mercancía , si llegaban 500 pallets, él ingresaría al sistema 495 y los otros 5 los dejaría aparte para que en la noche una camioneta los pasara buscando. Y él lo iba a recompensar con un bono extra. A lo que el cristiano respondió inmediatamente: Yo no puedo hacer eso. Pero ¿Por qué? Preguntó si jefe, le respondió el empleado: yo soy un hijo de Dios, no puedo mentir, ni robar, eso va en contra de mis valores y mis creencias. Estaría ofendiendo a mi Dios y negando mi fe. Lo siento pero no puedo. El jefe le dijo: entonces espérame afuera, por favor, necesito hablar con la jefatura. Luego lo hace pasar y le dice: Felicidades el puesto es tuyo, eres la persona de confianza que he estado buscando. Antes de ti pasaron 3 personas más y todas me defraudaron, pero tú no.
Eso es lo que Jesús nos está enseñando aquí, que nuestra honestidad vaya por delante, que seamos personas transparentes y siempre digamos la verdad, que nos conozcan por ser personas de palabra y no como mentirosos.
Proverbios 12:22
Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento.
Efesios 4:25
Por lo cual, desechando la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
No necesitamos jurar para afirmar nuestras palabras si somos personas de verdad, nuestro testimonio tiene que hablar por nosotros mismos. Las personas que viven jurando para que les crean, son personas que tienen reputación de mentirosos, tienen que jurar para que sus palabras tengan credibilidad. Mientras que las personas que siempre dicen la verdad se ganan el respeto y la confianza de los demás.
Conclusión
Leí recientemente una historia que me llamó mucho la atención sobre un pastor en un pueblito de España de hace muchos años atrás.
En esos años se acostumbraba a guardar el permiso de circulación en el foco delantero del auto, con la finalidad de que si había una fiscalización el policía podía ver el permiso sin necesidad de pedírselo al conductor. Y este pastor iba un día de noche y lo detuvieron unos policías y el permiso de circulación no se veía bien, y el pastor tampoco pudo sacar el foco para mostrarles el permiso de circulación. Así que los policías se lo llevaron a la comisaría y cuando el jefe de los policías ve llegar al pastor le pregunta ¿Qué haces aquí? El pastor le cuenta lo sucedido. Y el comisario le dice a los policías dejenlo ir es el pastor de la iglesia evangélica del pueblo, es un hombre honesto y de buena reputación en el pueblo.
Dios nos ayude amados hermanos a que nuestro testimonio a través de nuestras palabras de verdad sean de impacto a las personas que nos rodean.