Propósito: Llamar a los oyentes a una obediencia real a la Palabra de Cristo, mostrando que la fe verdadera se distingue no por las palabras, sino por la práctica.
Introducción:
Hemos estudiado el más excelentísimo sermón que se ha dado en la tierra, expuesto por el perfecto predicador de todos, Cristo. Jesús termina el Sermón del Monte con una parábola que es una historia sencilla pero que incluye una enseñanza profundamente confrontadora: dos hombres construyen sus casas sobre distintos cimientos. Ambos escuchan las mismas palabras, enfrentan las mismas tormentas, pero solo uno permanece.
Quiero que repasemos rápidamente este último capítulo donde Jesús nos ha llevado tener en cuenta las advertencias finales que llevan al desafío mas alto en el climax de su sermón:
DOS PUERTAS: “entrad por la puerta estrecha…” v.13
- Hay una decisión que tomar: la puerta estrecha no te permite pasar con tus pecados, implica separarte de la vida que desagrada a Dios y transitar por el camino angosto sin mirar de costado o deseando el camino ancho.
DOS CAMINOS:
- Camino ancho, donde todos transitan con el pecado sin compromiso
- Camino angosto, con las directrices del Señor, en obediencia y compromiso a Cristo
DOS DESTINOS :
- Perdición (2Ts.1:9) o
- Vida (1Jn.5:12). Tu decisión determina tu destino.
DOS FRUTOS: “por sus frutos los conoceréis”
- Mantente en guardia cuidando a quien escuchas: “Guardaos de los falsos profetas…” v.15
- Su apariencia, su comportamiento, pueden ser similares, pero no son cristianos. Judas estuvo con los discípulos, predicó, participó pero era hijo de perdición.
- Su fruto revela lo que son, el árbol malo siempre dará malos frutos.
- “Todo buen árbol da buenos frutos” v17
DOS CLASES DE VIAJEROS:
- Los Muchos: que andan por el camino ancho, y los que también un día dirán “Seños, Señor” v21
- Los Pocos: que andan por el camino angosto
Y hoy concluimos con Los dos Tipos de constructores Vs 24-27
Esta parábola no es una ilustración decorativa, sino la conclusión teológica y práctica que cada verdadero creyente debe vivir: la obediencia a la palabra de Cristo es el cimiento de la vida del Reino”
En otras palabras, Jesús nos lleva al punto decisivo: No se trata de si oyes, sino de qué haces con lo que oyes.
La casa simboliza tu vida, tus decisiones, tu fe. Y la tormenta revelará si construiste sobre roca o sobre arena.
Seguramente todos tiene en sus recuerdos lo sucedido con los edificios Kandinsky o el Euromarina II de Reñaca, estos eran edificios de lujo, sin embargo luego de tormentas se registraron socavones que llevar a evacuar los edificios y declararlos inhabitables. ¿por qué sucedió esto? Porque fueron construidos sobre dunas y no sobre rocas.
Tenemos dos tipos de constructores:
- El Constructor Prudente: que es un oidor obediente (v. 24)
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre
“por tanto, todo el que oye de mi las palabras estas y las hace” (textual original griego)[1]
prudente, que edificó su casa sobre la roca.”
- “pues” (oün) señala a todo lo que el Señor ha enseñado hasta este momento
- Jesús une dos verbos: “oye” (ἀκούει) y “hace” (ποιεῖ). Ambos están en presente continuo: “el que sigue oyendo y sigue haciendo”.
- Esto significa que en forma permanente, constante, diaria, debemos estar escuchando la sabiduría de Cristo que proviene de su Palabra y debemos estar aplicándola a nuestra vida.
- “Prudente” (φρόνιμος) no significa simplemente inteligente, sino sabio para vivir.
- Pérez Millos explica: “La sabiduría no es tener información bíblica, sino vivir según ella”[2]
La roca no es solo Cristo como persona, sino Cristo obedecido —su enseñanza aplicada al corazón, llevada de la información en nuestra mente a la acción de la vida diaria.
Oír sin obedecer es construir sin cimiento, una fe sin fundamento que se desmorona ante el “juicio”
Cristo es la Roca y en esta parábola el cimiento es la obediencia a la Palabra de Dios, obediencia que es evidencia de verdadera fe[3] , Santiago 2:14ss DHH: ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, si sus hechos no lo demuestran?
El sabio no se distingue por lo que sabe, sino por lo que hace.
- El sabio ora, aunque no sienta.
- Perdona, aunque duela.
- Obedece, aunque nadie lo vea.
“No basta saber que Cristo es la roca; hay que construir sobre Él.”
Miremos Lucas 6:48 “cavó y ahondó” (“Cavó hondo” LBLA)
El constructor Sabio cava hondo quitando la arena de las cosas de la vida que nos pueden aparentar que está todo tranquilo y bien, el pecado, la comodidad, la pereza, la falta de disciplina, la falta de consagración, las pasiones por las cosas de la carne, etc.
Esto demuestra trabajo, constancia, esfuerzo, si!!!! El Señor dijo que la puerta estrecha tiene un camino angosto!!! Requiere obediencia, disciplina, humildad, constancia, persistencia!!!!
Transición: Jesús pasa ahora a mostrarnos qué sucede cuando esa fe obediente es probada.
- La prueba inevitable (v. 25)
“Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.”
Aquí aparece el verdadero discípulo, que no es uno que se solo se sienta a escuchar el sermón, sino que lo obedece en su vida.
Jesús usa tres expresiones —lluvia, ríos, vientos— para representar las presiones de la vida presente y también el juicio final de Dios
El verbo “golpearon” (προσέπεσαν) indica violencia continua.
Muchas veces en la vida las pruebas, lluvias, ríos, vientos, tormentas fuertes van a azotar nuestras vidas, pero cuando pasen la “casa” el cristiano que edificó obedeciendo al Señor, así como Noé que edificó siguiendo los planos que Dios le entregó, el verdadero discípulo de Dios estará de pie porque su Roca es el fundamento de Cristo.
Job fue un cristiano que todas las tormentas pensadas llegaron juntas de repente, perdió sus bienes, sus hijos, su salud (Job 1:6-2:10), pero el fundamento de su vida lo mantuvo en medio de la tempestad al punto de decir en Job 2:10 “¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.»
“Las tormentas no destruyen la fe verdadera; la revelan.”
Hermanos, quiero darles algunas aplicaciones:
- La fe auténtica no evita las tormentas, pero las resiste.
- La vida del creyente probado no se define por ausencia de dolor, sino por presencia de fundamento.
- Cuando el matrimonio, el ministerio o la salud tiemblan, la obediencia a Cristo es lo único que sostiene.
“Un árbol con raíces profundas. El viento no lo quiebra; sino que lo hace más firme”
Transición: Hemos visto El Constructor Prudente: que es un oidor obediente , Ahora veamos al segundo constructor,
III. El Constructor Insensato: que es un oidor negligente (vv. 26–27)
“Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena.”
La repetición de la misma estructura es intencional: la única diferencia es la obediencia.
El término “insensato” (μωρός) viene del cual deriva nuestra palabra “necio”, Obtuso, estúpido, ignorante, alguien que no utiliza la razón.[4]
Este segundo hombre “no rechaza las palabras de Cristo; simplemente no las pone por obra. Su fe es teórica, no transformadora”.
Construyó sobre la arena: Sobre lo fácil, lo aparentemente lindo, cómodo, rápido, sin esfuerzo.
- La prueba inevitable (v. 27)
Note la expresión “fue grande su ruina” (μεγάλη ἡ πτῶσις) describe un colapso total, sin posibilidad de reconstrucción
Se basó en su religiosidad nominal representada en la arena, sin haber cavado mas hondo buscando los fundamentos de la roca.
“El más peligroso autoengaño es confundir emoción religiosa con obediencia.”
Apliquemos algunas enseñanzas más antes de terminar:
- No todos los que oyen son discípulos.
- No todo ministerio visible tiene cimientos verdaderos.
- No todo lo que brilla en la iglesia está edificado en Cristo.
“El más grande desastre no es perder una casa, sino perder el alma construida sobre la arena del yo.”
Transición: Jesús concluye este sermón con una escena: la multitud impactada por su autoridad.
- La autoridad del Rey (v. 28)
“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”
La gente se “admiraba” expresa un asombro continuo —“quedaban pasmados”.
Jesús no enseña citando a rabinos, sino como quien tiene autoridad intrínseca. Su palabra no necesita respaldo humano.
Él no es un intérprete más; es el Legislador divino que habla con el poder del Creador.
Lamentablemente, La reacción del pueblo fue asombro, pero no conversión. La admiración sin obediencia no salva.
Conclusión:
Hay dos hombres, dos casas, dos cimientos, dos resultados, uno de estos hombres es considerado prudente y sabio el otro es considerado insensato ¿dónde está la diferencia? ¿dónde radican las coincidencias y las diferencias?
Las coincidencias:
Ambos escucharon, ambos edificaron, ambos enfrentaron tormentas.
La Diferencia:
Pero uno obedeció lo que escuchó y lo hizo. Su casa permaneció. El otro no obedeció por lo tanto no lo aplicó y su casa se destruyó.
La fe que solo oye se derrumba.
La fe que obedece resiste.
Querido hermano, el sermón del monte termina con una pregunta silenciosa:
¿Dónde estás edificando tu vida?
¿Sobre la roca de la obediencia o sobre la arena de la apariencia?
No basta haber escuchado miles de sermones; hay que vivirlos.
Hoy, Cristo te llama no a admirarlo, sino a obedecerlo.
A dejar de construir en arena y comenzar a cavar hasta hallar la Roca. Quita la arena que te está impidiendo llegar a la roca.
Porque cuando la tormenta llegue , y llegará, solo lo que está en Cristo permanecerá.
Quiero terminar con unas palabras que esta semana Dios puso en mi corazón mientras estaba fuera del quirófano esperando el resultado de mi hija.
“Conocer a Cristo no es saber información sobre El, sino el amarlo y seguirle. La prueba te hace ver si solo sabes de Él o vives para El”
[1] Francisco Lacueva -N.T. Interlineal Griego Español. Pag 34.
[2] Samuel Pérez Millos. Comentario Mateo. Pag 502.
[3] Warren W. Wiersbe. Leales en Cristo. Pag 65
[4] Samuel Pérez Millos. Mateo. Pag 505.





