Introducción
- Mateo, guiado por el Espíritu Santo, tiene siempre en mente desarrollar su material de tal manera que no quede duda acerca de la identidad del Señor Jesús.
- Creo que su propósito era absolutamente evangelístico; que todos vieran que Jesús de Nazaret no era otro maestro o profeta traído por Dios, sino aún más allá de eso, Mateo quería que todos supiesen que este Jesús era el mismo Mesías, el Dios con nosotros.
TS: En esta parte de su evangelio, Mateo usará cuatro historias de sanidad para presentar finalmente su argumento. La primera historia es:
- La sanidad de un leproso. Vs 1 – 4.
- Los leprosos eran hombres desechados por la sociedad por ser portadores de una enfermedad altamente contagiosa.
- Ellos no podían acercarse a las personas.
- La regla era mantener una distancia de 3 metros y
- Los leprosos eran hombres desechados por la sociedad por ser portadores de una enfermedad altamente contagiosa.
- debían estar constantemente gritando “soy leproso”.
- Este leproso comete una imprudencia acercándose demasiado a Jesús. Pero él tenía una convicción; creía que Jesús podía limpiarle, lo que él no sabía era si Jesús querría hacerlo. 2.
- Jesús hace algo aún más imprudente, le toca. 3.
- Jesús puede tocar a un leproso y no ser afectado por él, todo lo contrario, el leproso sería afectado por Jesús.
- Él es el Dios que sana.
- El leproso pronunció un ruego al cual el Señor no se podía negar.
- La historia dice que Jesús le mandó no decirlo a nadie, solo que se presentara al sacerdote y llevara la ofrenda de gratitud a Dios en el templo para testimonio a ellos que él había sido sanado.
- Los otros evangelios relatan que este Leproso, en lugar de no decirlo, lo dijo a todo el mundo. Esto terminó afectando el ministerio de Jesús, por despertar un sensacionalismo masivo acerca de su persona. De hecho, Jesús estuvo fuera de la ciudad un tiempo.
- La ofrenda que presentaban está descrita en Levítico y son dos aves; una es sacrificada y la otra es dejada libre.
- Hablando de los efectos que causó el hecho de que este Leproso le contara a todo el mundo lo que Jesús hizo por él; creo que Mateo no aporta estos detalles simplemente porque quiere enfatizar otro tema, que para él, tuvo mayor relevancia.
Algo que sí podemos rescatar de esta historia es que Jesús no desecha a nadie; para él, todos los que le ruegan serán oídos.
TS: La segunda historia es:
- La sanidad del siervo de un centurión. Vs. 5 – 13.
- Un centurión es un soldado romano con rango. A cargo de cien soldados o de una centuria. Un hombre importante.
- Sabemos por el relato de Lucas que todas estas palabras no fueron dichas directamente por este centurión sino por unos judíos enviados por él.
- El Centurión amaba mucho a este siervo suyo, el cual estaba grave.
- Jesús, con mucha disposición, ofreció ir y sanar a este hombre.
- El centurión sorprende a Jesús con su declaración. 8 – 10.
- Reconoció su indignidad de recibir a Jesús en su casa.
- Pero también este hombre entendía lo que es tener autoridad.
- No necesito ir, solo ordenar.
- Así tu solo con ordenarlo, se hará.
- Para Jesús fue realmente ejemplar su fe.
- Este Centurión le permitió a Jesús declarar algo muy relevante. 12.
- Declaró que así como este hombre que no era judío vendrían muchos no judíos a ser parte del reino de Dios.
- Y, por el contrario; los mismos hijos del reino (judíos) irán a la condenación.
- Quien no entiende quien es Jesús y se sujeta a su autoridad, entonces no tiene salvación.
- La historia termina con un centurión elogiado por su fe y con su criado sanado desde aquella misma hora.
Este es otro tipo de sanidad, aquella que viene por medio de la intercesión de otros. Amados, El Señor escucha la oración de aquellos que ruegan por otros. El Señor sabe quiénes están incapacitados de poder venir a pedir ayuda. Y Dios, de alguna forma mueve corazones para que estos intercedan a favor de aquellos.
TS: La tercera de sanidad es:
- La sanidad de la suegra de Pedro. Vs. 14 – 15.
- Al igual que con el leproso, Jesús, en lugar de ser contagiado por él, fue él que contagió con salud a la suegra de Pedro, Esto no obedece el orden natural de las cosas.
- Recuerde que las manos son las mayores transportadoras de contagio.
- Y Jesús en ambos casos las usó y nada lo enfermó a él, pero sí sus manos trajeron sanidad total a estos dos personajes.
- Aquí el tema es fiebre. Algo infeccioso tuvo a la suegra de Pedro postrada en cama, sin poder levantarse.
- Interesante que Jesús toca su mano y la fiebre le dejó, se fue de forma inmediata. Increíble.
- La sanidad de la suegra de Pedro derivó en una actitud de gratitud enorme sobre ella.
- Al ser librada de esta enfermedad, ella inmediatamente se puso a disposición de servirles.
- En este caso su enfermedad no era tan grave, pero si estaba aquejada de su salud; era una enfermedad pasajera, pero que la tuvo delicada.
- Al igual que con el leproso, Jesús, en lugar de ser contagiado por él, fue él que contagió con salud a la suegra de Pedro, Esto no obedece el orden natural de las cosas.
- Pero, una vez libre de la enfermedad, su siguiente paso fue servir.
En la salud hay temas complejos y temas más sencillos; hay algunos que requieren mucho ruego y clamor y otros son casos más sencillos. El Señor no solo se enfoca en las cosas más complicadas, también toma su tiempo para tratar aquellas dolencias transitorias de nuestras vidas, pero que no dejan de ser debilitantes o limitantes.
TS: El cuarto caso es:
- La sanidad de muchos. Vs. 16.
- La casa de Pedro se convirtió en el CESFAM (centro de salud familiar) de las personas.
- Todos iban a su casa movidos por la fe en la persona del Señor Jesús.
- Amados, todo lugar donde está Jesús se convierte en un lugar especial por el solo hecho de su presencia.
- Si Jesús está aquí téngalo por seguro que este lugar será considerado algo especial.
- Notemos que aquí se incluyen también endemoniados, personas que padecían físicamente a razón de algún espíritu inmundo.
- Definitivamente cada persona que entró ese día a la casa de Pedro no salió igual.
- La lista de sanados fue demasiada cuantiosa; al punto que Mateo lo resume diciendo “y sanó a todos los enfermos”.
Aquí vemos que Jesús no tiene límites ni en cantidad ni en complejidad del caso. Amados, los hombres somos limitados, incluso los médicos, que se han dedicado a tratar enfermedades, se pueden quedar sin explicación, pero Jesús, no importando el caso ni lo complejo de la situación, le devolvía sano a su casa.
¿Cuál era el fin de hacer tantas sanidades? Mateo lo revela en el verso 17.
«para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias».
La razón de tanta sanidad era poner delante de los ojos de los hombres la verdadera misión de Jesús.
John MacArthur presenta un comentario acerca de este pasaje, del cual estoy muy de acuerdo. él dice: “Mateo encontró un cumplimiento análogo de estas palabras en el ministerio de sanidad de Jesús, porque la enfermedad es resultado del pecado que el Siervo pagó con su propia vida (1 Pedro 2: 24). En la eternidad desaparecerá toda enfermedad, así que este es uno de los beneficios de la expiación de Cristo.
El pecado ha hecho al hombre culpable de todo juicio, merecedor de toda consecuencia y le ha predispuesto a la condenación eterna. Nacemos muertos en delitos y pecados; vivimos en una absoluta ceguera espiritual y estamos imposibilitados de salir solos de aquella triste condición.
Todo esto porque el pecado ha dañado profundamente nuestra imagen y semejanza de Dios; aunque tenemos la imagen de Dios, el hombre vive más como el diablo; por eso muchas de nuestras consecuencias, incluyendo enfermedades, son parte de nuestra existencia. Por esto el Hijo de Dios, cuando vino, puso ante los ojos de las personas tanta sanidad, para que al ver estas señales, pudiéramos creer en él como la señal mayor; que él puede sanar al hombre de su miseria espiritual, que él puede restaurar al hombre no importando cuál sea su situación o condición espiritual; no importa el tiempo que el individuo haya estado en su pecado, por supuesto esto acarrea otras consecuencias, pero el Jesucristo puede perdonar sus pecados y darle una vida nueva, una vida eterna.
Todas estas sanidades apuntaban a simple pero importante hecho de que Jesús es el Mesías prometido de Dios. Es el Hijo, viniendo a la tierra a cargar con la enfermedad más terrible que los hombres tenemos, el pecado.
Amado, no importa quien seas; en estas sanidades hubo un hombre desechado por la sociedad a causa de su problemática; también hubo uno que ni siquiera podía ir delante de Jesús por estar postrado, sin embargo el Señor lo ayudó; hubo otro que tuvo un familiar que conocía a Jesús, y otro montón que nunca habían tenido ningún tipo de relación con Jesús pero que fueron a Jesús reconociendo su necesidad de él y Jesús, atendió cada uno de sus casos.
No importa si eres cercano o lejano, no importa si tienes amigos cristianos o no; si reconoces tu pecado y vienes humilde a Jesús, Él te ofrece su ayuda, el hasta este día está dispuesto a levantarte de la peor enfermedad que existe, el pecado y darte hoy su mano, tocar tu vida y darte así perdón y vida eterna.
Mateo nos demuestra que todo lo que hizo Jesús lo respalda las Escrituras. El pasaje que escoge Mateo es más que descriptivo; de forma inequívoca, la labor que haría el Mesías sería tomar las enfermedades (el pecado) y pagar él mismo el costo de él. Jesús lo hizo y ¿Qué nos enseña esto?
Que delante de nosotros no tenemos solo a un gran maestro o a un siervo de Dios, sino al Mesías mismo, el Salvador del mundo.





