En el capitulo anterior vimos como el Señor Jesús maravilló a sus oyentes con sus enseñanzas, al punto que la gente se admiraba de su autoridad al hablar de la ley, y lo comparaban a las enseñanzas de los escribas y rabinos de su época. Los escribas enseñaban de la ley basándose en enseñanzas de otros rabinos, ellos comentaban de la ley, pero a diferencia de Jesús que hablaba como el autor de la ley. En el sermón del monte vimos como una y otra vez Jesús decía: “yo os digo” y eso es hablar con autoridad, tal autoridad solo la tiene el Señor.
Ya vimos como Jesús mostró su autoridad en la enseñanza de la palabra, ahora en este capitulo vamos a ver el poder de Jesús sobre las enfermedades, los demonios y sobre la naturaleza. Poder y autoridad que solo puede tener Dios, por lo tanto, Jesús va demostrar que él no es solo un hombre con “mucha sabiduría” como muchos dicen de él, Jesús es el Dios encarnado, el verbo hecho carne y eso lo vemos claramente en las Escrituras; vemos a Jesús comportándose como hombre, pero a la vez haciendo cosas que solo Dios puede hacer. Esto es lo que los teólogos llaman la unión hipostática, dicho en palabras simples: Cristo es una sola persona con dos naturalezas, una divina y una humana, Jesús es completamente Dios y completamente hombre.
Y su DEIDAD es justamente lo que Jesús nos va a mostrar en el texto que vamos a estudiar el día de hoy.
Mateo relata intencionalmente algunos milagros de Jesús para mostrar justamente su DEIDAD y su PODER, pero al final de estas sanidades Mateo nos va decir el propósito o la razón de estos milagros.
Veamos entonces la primera sanidad:
- La sanidad de un leproso (versículos 1-4)
Vrs 1
El versículo 1 nos muestra como “mucha gente” quedó impactada con la enseñanza de Jesús, era de esperarse que después de semejante sermón Jesús había cautivado a las personas. A nosotros nos pasa similar que, cuando escuchamos un buen sermón dado por un hombre de Dios, quedamos maravillados y queremos seguir escuchando o leyendo a tal persona, si eso nos pasa con un hombre, imaginen el impacto que generó el sermón de Jesús en estas personas. Por eso ellos decidieron seguirlo. El destino de Jesús era la ciudad de Capernaum (vs 5) y mientras Jesús iba de camino ocurre un encuentro inesperado.
Veamos el Vrs 2
El encuentro de Jesús con este leproso fue impactante porque los 3 evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) registran este suceso. Cuando una historia aparece en los 3 o en los 4 evangelios es porque fue muy importante en el ministerio de Jesús.
Ahora, quizás la mayoría de nosotros no estamos muy familiarizados con un leproso. ¿alguien conoce alguna persona que haya tenido lepra? Quizás nadie, ya que la lepra es una enfermedad que está casi exterminada en el mundo, pese en algunos países que aun se consiguen casos, pero debido al avance de la medicina ya existen tratamientos para curarla.
Lo mas cercano que yo conozco de la lepra es una isla que hay en mi país que fue habitada por leprosos, específicamente en el lago de Maracaibo, en el año 1828 el libertador Simón Bolívar eligió esa isla para construir un hospital para tratar a los leprosos y la isla terminó siendo habitada por mas de mil leprosos. Vivieron en la isla por mas de 1 siglo y fue en el año 1984 que los leprosos fueron trasladados de nuevo a la ciudad para ser tratados porque un médico venezolano había descubierto la cura para la lepra.
Aunque para nosotros no sea una enfermedad tan común en nuestros días, en los tiempos bíblicos si era una enfermedad común.
¿Qué es la lepra?
Es una enfermedad crónica infecciosa causada por una bacteria que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos. La lepra produce serias lesiones cutáneas, se transforman en llagas y ulceras malolientes, en muchos casos terminan perdiendo miembros de su cuerpo. La piel que cubre los ojos se inflama, lo que produce dificultad en la visión, la piel de las orejas también se inflama y produce enormes deformaciones. La lepra también produce debilidad muscular, lo que dificulta la movilidad, en conclusión, es una enfermedad que deteriora mucho el cuerpo a medida que iba pasando el tiempo. Y este leproso posiblemente llevaba mucho tiempo con la enfermedad, ya que en Lucas 5:12 (pasaje paralelo) dice que estaba lleno de lepra.
La lepra era altamente contagiosa, por eso los leprosos eran asilados de la sociedad. Tenían que vivir en las afueras de la ciudad para no contagiar a nadie más. Los leprosos perdían sus trabajos, su familia, en realidad era como estar muertos en vida.
Por otra parte, los leprosos eran considerados inmundos. Levítico 13:43-46
Y no solo eso, sino que, en el contexto judío los leprosos eran considerados castigados o malditos por Dios. Es decir, si te contagiabas de lepra era un castigo de Dios por algún pecado grave cometido. En la Biblia vemos el ejemplo de Miriam que Dios la castigó con lepra por haber murmurado de Moisés. Es por eso que muchos comenzaron a ver la lepra como un castigo divino.
TS.
Y es entonces, en esta condición es que llega este hombre leproso a Jesús, un hombre despreciado, inmundo y quizás por muchos años solo.
Su actitud ante Jesús es lo más asombroso, ya que se postró ante él. En Lucas 5:12 dice que se postró rostro en tierra, esto no es un saludo respetuoso, esto es un acto de adoración, un judío nunca se postraría ante un hombre, de hecho, esa postura solo la usaban para orar o cuando algún profeta o persona se le presentaba Dios caían postrados en tierra.
Luego en esa posición le dice: SEÑOR. Este hombre está reconociendo a Jesús como el hijo de Dios, como el Mesías prometido, quizás ya había escuchado sobre Jesús porque en el capitulo 4:24 Mateo nos dice que la fama de Jesús se extendió rápidamente.
Después de adorarle y reconocer su señorío, este hombre procede a hacerle una petición a Jesús y le dice: SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME. Es admirable como éste hombre no solo reconoce el señorío de Cristo, sino también su soberanía, Jesús puede limpiar cualquier enfermedad, pero este hombre apela a la voluntad de Jesús, si tú quieres límpiame. ¿tenía buena teología este hombre o no?
La respuesta de Jesús (v 3)
Si ya era sorprendente ver a un leproso cerca del Maestro, postrado frente a él, ya qye los leprosos debían estar a más de 45 metros de distancia de las personas, ahora Jesús hace algo que para todos en ese momento tuvo que haber sido algo sorprendente, el Señor tocó al leproso, nadie podía tocar a un leproso porque quedaba inmundo, y debía cumplir las ceremonias correspondientes para purificarse. Pero jesus lo hizo intencionalmente, él podía solo decir: sé limpio. Pero él lo hizo para mostrar su poder sobre la enfermedad, para mostrar que Él es incontaminable por el pecado.
El Señor le dice: quiero, sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Imaginemos esa escena por un momento, un hombre lleno de lepra, mal oliente, desgastado y despreciado y en “un instante” su lepra desapareció. Imagino el asombro de la gente, pero imagino el ex leproso como se habrá sentido al verse sano, limpio, sin yagas en su cuerpo, el Señor le había vuelto a la vida, podía volver a ver a su familia, podía volver a tener una vida normal.
Pero el Señor ahora le pide algo:
Leamos el Versículo 4. ¿Por qué el Señor le dice no le digas a nadie? Si acababa de hacer un milagro maravilloso, le había cambiado la vida a este hombre, nosotros podemos preguntarnos ¿Por qué Señor? La mayoría de los comentaristas serios están de acuerdo en que Jesús no quería que su fama por los milagros se extendiera, porque eso produciría que todos lo buscaran por su poder y no por quien es él. Produciría una posible revuelta en contra del imperio romano por proclamarían rey a Jesús y esto interrumpiría el propósito por el cual Cristo vino en su primera venida, él vino a predicar el evangelio y a morir en la Cruz por nuestros pecados.
Por eso el Señor le dice: no digas nada, solo ve al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés. Lea Levítico 14 (por tiempo no podemos detenernos mucho en este detalle).
Pero sabe ¿Qué hizo el hombre? Todo lo contrario que le dijo Jesús, él fue y le contó a todo el mundo. Marcos 1:45. Y yo no lo juzgo, porque creo que yo hubiese hecho lo mismo.
¿Cómo aplicamos este pasaje a nuestra vida?
La lepra la podemos asociar al pecado, ya que el pecado nos tenia contaminados, inmundos delante de Dios, y por tanto vivíamos aislados de él. Pero un día tú y yo vinimos como este leproso postrado en tierra y pidiendo a Jesús que nos limpiara, y él nos limpió, nos tocó con su toque sanador, su sangre nos lavó de todo pecado y ahora estamos limpios. Ahora tenemos una nueva vida, hemos sido insertados a la familia de Dios por su gracia y misericordia. Y tú querido amigo también tienes esa oportunidad, solo tienes que reconocer que eres un leproso y necesitas a Jesús para que te sane y te dé una nueva vida.
Vayamos entonces a la segunda sanidad que nos presenta Mateo en este pasaje:
- Jesús sana al siervo de un centurión (v 5-13)
Vrs 6
En la historia anterior vimos a un hombre enfermo, inmundo, solo y despreciado por la sociedad, pero ahora vemos todo lo contrario, aparece UN CENTURION. Centurión era un cargo de autoridad que ejercía un hombre que tenia bajo sus ordenes a 100 soldados romanos, entonces estamos hablando de un hombre de estatus alto.
Lo que llama la atención es que este hombre no viene pidiendo un milagro para él, sino viene intercediendo por un criado suyo, esto habla que era un hombre compasivo y piadoso. El pasaje paralelo de Lucas nos va a dar mas detalle de este hombre, leamos Lucas 7:2-5. Entonces era un hombre conocido por los judíos de la ciudad, de hecho, los detalles son interesantes, dice que: amaba a la nación y les había hecho una sinagoga. Muy probable conocía de la ley, conocía de Jehová y también creyó en Jesús porque también le llama SEÑOR y va rogándole por un milagro.
La respuesta de Jesús (v 7). Yo iré y le sanaré.
Nuevamente Jesús tiene misericordia y responde positivamente al llamado de este hombre, y decide ir a la casa del romano, yendo en contra de la costumbre judía, porque los judíos no entraban a las casas de los gentiles. ¿se acuerdan de Pedro? En hechos 9. Cuando el Señor le pidió que fuera a la casa de Cornelio, Pedro cuando llega a la casa de Cornelio dice: vosotros sabéis cuan abominable es para un judío juntarse con un extranjero, pero a mi me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame inmundo o común. Esto era abominable y sin embargo Jesus iba a ir a la casa del centurión.
Pero ahora pasa algo asombroso:
Vrs 8-9 no solamente los judíos consideraban inmundo entrar en las casas de los gentiles, sino que ahora vemos que el mismo centurión lo reconoce diciendo NO SOY DIGNO que entres en mi casa. Esto muestra la humildad de este hombre delante de Jesús, pero no solo muestra su humildad sino su gran fe, al decirle a Jesús: solamente di la palabra, y mi criado sanará.
Comentario de William Hendriksen dice:
El centurión razona: si yo, aunque soy solo un oficial con autoridad y poder muy limitado, un oficial que debe obedecer a sus superiores, doy ordenes y mis ordenes son obedecidas de inmediato, entonces por cierto él, este gran Señor, ejerciendo una autoridad independiente y teniendo el universo en su mano todopoderosa, puede mandar y cualquiera que sea su deseo será hecho. Cuando dice “vete” la enfermedad se irá y cuando dice “ven” la salud llegará. Pag.298 de comentario de Mateo.
El argumento que usa el centurión de su autoridad es para mostrarle a Jesús que él reconoce y entiende que Jesús tiene TODA AUTORIDAD sobre todo el universo, que no necesita TOCAR a un enfermo para sanarlo, solo con la Palabra se puede sanar. TREMENDA FE, asombroso.
Ts. Por eso es el asombro de Jesús.
Vrs 10.
Se maravilló, literalmente en el griego: se admiró. Jesús se maravilla por la fe de este centurión, incluso dice que ni en Israel he hallado tanta fe. El pueblo de Israel vió muchos milagros y prodigios de Jesús, sin embargo, muchos ni creyeron en él como el Mesías. Aunque el centurión no era descendiente de Abraham, era hijo de Abraham por su fe. Esto demuestra lo que dijo Pablo en toda su carta a los Gálatas, que no todos los descendientes de Abraham son hijos, sino los que ponen su fe en Jesús son los hijos de Abraham.
Y esto nos lleva a los versículos 11 y 12.
Jesús aprovecha esta ocasión para hacerle una advertencia a los judíos presentes en ese momento, ya que ellos se creían herederos del reino solo por ser descendientes en la carne de Abraham, ellos pensaban que era por herencia racial y Jesús les dice un rotundo NO. Jesús hace una declaración bastante fuerte para los judíos y les dice que “muchos” gentiles estaremos sentados con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos, y que los “hijos del reino” esto es Israel serán echados a las tinieblas.
Esto muestra que Jesús no vino solo por los judíos, sino para salvar a todo aquel que cree en él, de toda lengua, tribu y nación, es decir de todo el mundo Jesús está salvando. Eso lo vemos hoy en día, la mayoría de los cristianos somos los gentiles, los judíos, la mayoría sigue rechazando al Mesías.
Vrs 13
Luego de hacer esta declaración Jesús procede a sanar al criado del centurión, solo con su palabra.
Veamos ahora la tercera sanidad que nos presenta Mateo
- Jesús sana a la suegra de Pedro (v 14-15)
Según el relato de Mateo Jesus ya había sanado un leproso (una enfermedad mortal) y también un muchacho postrado en cama y con muchos dolores. Ahora se presenta a la suegra de Pedro postrada en cama con fiebre, y en el relato de Lucas se aprecia como los discípulos le rogaron para que la sanara, obviamente ellos pensaron: si sanó a estas personas desconocidas como no va a sanar a la suegra de Pedro, y notemos algo muy interesante, Jesús solo la toca, no dice ni una palabra. En los otros casos Jesús habló, aquí solo hay toque en su mano. Esto muestra una vez mas el PODER de Jesús sobre la enfermedad, si quiere le habla o si quiere solo toca a la persona y se sana.
La suegra de Pedro se levantó al instante demostrando que ya no tenia absolutamente nada, y LES SERVIA. Esto es maravilloso, cuando una persona es sanada lo que mejor puede hacer para agradecer a Jesús es servirle. Entregar su vida al servicio del SEÑOR.
AHORA la fama de Jesús se había extendido y sucedió lo inevitable, llegaron personas de todos lados a buscar al Señor.
Miremos el versículo 16. Y el pasaje paralelo Marcos 1:32-34
No solo vinieron enfermos, sino también endemoniados. Mateo nos deja registro de casos particulares como las 3 sanidades que vimos, pero por ultimo dice que vinieron “muchos” es que quizás eran incontables la cantidad de enfermos y endemoniados que liberó Jesús solo con su PALABRA.
Ahora Mateo culmina este pasaje lleno de muchas sanidades con la citación del profeta Isaías.
Vrs 17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
- ¿Cuál es el propósito de las sanidades?
De este pasaje hemos escuchado seguramente decir: si Cristo tomó nuestras enfermedades, entonces los cristianos no debemos enfermarnos, y si está enfermo es por falta de fe o porque anda en pecado. La pregunta es: ¿eso es lo que quiso decir Mateo? ¿eso es lo que vemos a lo largo de toda la biblia? Y la respuesta es NO. En la Biblia vemos hombres de Dios que enfermaron y no fue por falta de fe o por vivir en pecado, vemos el caso de Timoteo, Epafrodito, Job, y el mismo Pablo también. Esto puede ser muy cruel, añadirle una carga a un hermano que está padeciendo una enfermedad al decirle que está en esa condición porque pecó o porque no tiene fe.
Entonces si esa no es la interpretación correcta, entonces ¿Cuál es?
Me gusta como lo explica Samuel Pérez Millos en su comentario:
La obra del Redentor en la cruz se describe proféticamente en Isaías, como el cumplimiento del propósito divino por el cual, el inocente Hijo de Dios cargaba sobre si mismo el pecado de todo el mundo, experimentando el sufrimiento de las enfermedades y de los pecados. Sin duda las enfermedades son consecuencia y el resultado del pecado.
¿Por qué hay enfermedades?
Por causa del pecado, cuando Adán y Eva pecaron trajeron como consecuencia maldición sobre la tierra y la humanidad y eso incluye las enfermedades.
Lo que Mateo quiere enseñarnos con estas sanidades y asociándolo a Isaías 53 es que Jesús tiene poder para erradicar cualquier enfermedad, y si la enfermedad es consecuencia del pecado y Jesús tiene poder para quitarla también tiene el poder para erradicar el pecado por completo. Así que, las sanidades de Jesús son señales que nos muestran claramente que él es el Mesías prometido por Dios que quita el pecado del mundo.
Jesús puede quitar la mayor enfermedad que tiene el ser humano que es el pecado, solo tienes que arrepentirte y creer en Él y te dará libertad verdadera.
Lo que hizo Jesús con todas esas sanidades es darnos un anticipo de lo que vendrá en el futuro, donde ya no habrá mas dolores, enfermedad, tristeza ni pecado porque Cristo llevó todo eso en la Cruz y lo pagó.
Así que eso no quiere decir que los cristianos no nos vamos a enfermar, sino que los cristianos en la vida venidera no tendremos enfermedades ni pecado, porque Él mismo las llevó a la cruz y las eliminó por completo.





